https://www.badosa.com
Publicado en Badosa.com
Portada Biblioteca Novelas Narrativas globales
12/44
AnteriorÍndiceSiguiente

La Campana Mágica S.A.

Capítulo XI

El Zaragozano desea a Clara un feliz cumpleaños

Ricardo Ludovico Gulminelli
Tamaño de texto más pequeñoTamaño de texto normalTamaño de texto más grande Añadir a mi biblioteca epub mobi Permalink MapaEn un pequeño y acogedor barcito de la calle Jorge Luis Borges, frente a la plaza Serrano

El martes 25 de mayo a las diez de la noche, el Zaragozano llamó a Clara a su teléfono celular para darle un afectuoso saludo.

—¿Cómo andáis, Clara? Os he llamado para felicitaros por vuestro cumpleaños. Sí, me enteré de que ayer os habéis disgustado con Pedro, ambos sois unos gilipollas. ¿Estáis ocupada? No os preocupéis, chavala, que no demoraré excesivamente vuestra atención ya que seguramente vuestros amigos os habrán saturado de notas, saludos, pajerías, manotazos y hasta de caricias involuntarias que a veces son emocionantes no solamente para quien las da, sino para quien las recibe sin palabra alguna. Simplemente he querido dedicaros algunos afectos, siguiendo mis impulsos que los muy maduros también los tenemos, algo gastados en ocasiones o como en este caso, ingobernables y que sinceramente, no sé de dónde coño provienen, ni tampoco me interesa saberlo, qué joder. Puesto que es vuestro aniversario, he considerado razonable, y hasta sabio os diría, prescindir de todo razonamiento propio de personajes alambicados o de gente de mucha brillantez que generalmente son opacos y desearos con sinceridad ilimitada, prescindente de las formas —que ellas son generalmente para los boludos—, que os encontréis en estado de bonanza que mucho lo merecéis, que las tan pesadas cargas del pasado se tornen volátiles, que os riáis de ellas como quien ríe de una broma pesada o gritéis una cojonuda puteada —a veces son muy agradables y reparadoras—, que perdonéis a muchas personas pero fundamentalmente a quienes no merezcan ser perdonados y que prosigáis vuestro rumbo con una sonrisa porque no sé si os lo han dicho, Clara, pero, cuando alguna ensayáis, vuestro rostro se ilumina y embellece y que ¡bueno! Que sigáis siendo amena y agradable y que conservéis vuestras encomiables virtudes sin perder vuestros defectos, que dejaríais de ser si los perdieras, la intrigante mozuela que hemos conocido. Os diría que Dios os ilumine pero sabéis que no creo en ese Fulano; si os cegara la luz divina, andad a tientas mi apreciada amiga ya que siempre el tacto habrá de ayudaros aunque no olvidéis, tened sumo cuidado con lo que toquéis.

—Me hiciste llorar, Zaragozano, soy una boluda. Me enterneciste, gracias por acordarte de mí. Sos un tipo raro, vos...

—Pues bienvenido sea mi niña, que podáis enterneceros y sollozar, os desearía sinceramente que os pudierais desalmidonar, creédmelo, así no podréis seguir mucho tiempo, os enfermaréis gravemente, lo que mucho me dolería. Estoy persuadido de que merecéis una mejor suerte; me alegro de que estéis un poquillo más suelta. Si os hubiera escuchado Pedro, se habría puesto contento; relajaos y dejad fluir vuestros sentimientos que sin ellos correréis el riesgo de perder la humanidad que es algo maravilloso, mucho mejor que la tan pregonada perfección de los ángeles que además de que esos pobres no existen porque han sido inventados por farsantes ensotanados, si existieran, no tendrían el privilegio de echarse un buen polvo, ni de echar chispas atraídos por unas caderas, ¿quién coño les envidiaría una existencia así?

—Sos un caso perdido, Zaragozano, pero igual te quiero. Muchas gracias por el saludo.

—No tenéis nada que agradecerme, chavala, pero no cortéis el teléfono. Mañana a la noche, a las veintiuna, iremos a cenar con Pedro al restaurante italiano para analizar las novedades que se han presentado en nuestro negocio. Veréis que hay algunas buenas noticias, a pesar de que traerán aparejadas también complicaciones. Es conveniente que estéis al tanto de todo y que aportéis vuestras ideas, después de todo sois nuestra socia.

—Allí estaré. Hasta mañana y nuevamente gracias. Un beso, Zaragozano.

12/44
AnteriorÍndiceSiguiente
Tabla de información relacionada
Copyright ©Ricardo Ludovico Gulminelli, 2012
Por el mismo autor RSS
Fecha de publicaciónSeptiembre 2012
Colección RSSNarrativas globales
Permalinkhttps://badosa.com/n375-12
Cómo ilustrar esta obra

Además de opinar sobre esta obra, también puede incorporar una fotografía (o más de una) a esta página en tres sencillos pasos:

  1. Busque una fotografía relacionada con este texto en Flickr y allí agregue la siguiente etiqueta: (etiqueta de máquina)

    Para poder asociar etiquetas a fotografías es preciso que sea miembro de Flickr (no se preocupe, el servicio básico es gratuito).

    Le recomendamos que elija fotografías tomadas por usted o del Patrimonio público. En el caso de otras fotografías, es posible que sean precisos privilegios especiales para poder etiquetarlas. Por favor, si la fotografía no es suya ni pertenece al Patrimonio público, pida permiso al autor o compruebe que la licencia autoriza este uso.

  2. Una vez haya etiquetado en Flickr la fotografía de su elección, compruebe que la nueva etiqueta está públicamente disponible (puede tardar unos minutos) presionando el siguiente enlace hasta que aparezca su fotografía: mostrar fotografías ...

  3. Una vez se muestre su fotografía, ya puede incorporarla a esta página:

Aunque en Badosa.com no aparece la identidad de las personas que han incorporado fotografías, la ilustración de obras no es anónima (las etiquetas están asociadas al usuario de Flickr que las agregó). Badosa.com se reserva el derecho de eliminar aquellas fotografías que considere inapropiadas. Si detecta una fotografía que no ilustra adecuadamente la obra o cuya licencia no permite este uso, hágasnoslo saber.

Si (por ejemplo, probando el servicio) ha añadido una fotografía que en realidad no está relacionada con esta obra, puede eliminarla borrando en Flickr la etiqueta que añadió (paso 1). Verifique que esa eliminación ya es pública (paso 2) y luego pulse el botón del paso 3 para actualizar esta página.

Badosa.com muestra un máximo de 10 fotografías por obra.

Badosa.com Concepción, diseño y desarrollo: Xavier Badosa (1995–2018)