Gustavo Albanece

Gustavo Albanece nació el 1 de noviembre de 1967 en Buenos Aires, donde vive actualmente. Está casado y tiene una hija de siete años. Estudió durante largos años (demasiados, tal vez) la carrera de comunicación social y hoy, para alegría tardía de su madre que quería verle con un diploma bajo el brazo, está a punto de recibirse de profesor de Lengua y literatura. Escribe desde que tiene uso de razón y —afirma— lo hará mientras pueda (o alguien lo tolere). Declara:

Me defino, apenas, como un contador de historias y adoro tanto los relatos en prosa como aborrezco la poesía.

En un estilo que algunos han definido como excesivamente aséptico, económico y directo, llevo escritos varios cuentos cortos, una crónica de viaje y media novela.

En mis historias un tema aparece como constante más o menos disimulada: la búsqueda del amor ideal y la consiguiente decepción que esa búsqueda conlleva.

En algún momento intenté vanamente evitar esta temática que, inconscientemente, me obsesiona. Pero, a pesar de mi voluntad, apareció cada vez que me decidí a escribir (aunque a veces, claro está, disimulada bajo los más exóticos disfraces).

Finalmente me rendí y decidí dejar que fluya libremente, no a través de la pluma —sería imposible, ya que no la uso— pero sí a través del teclado de mi computadora.

En cuanto a mis influencias, destaco en primer lugar a Alberto Sábato con El túnel, seguido —en orden de importancia— por J.L. Borges (no sería argentino si no dijera esto), Ray Bradbury (sí, ése) y R.L. Stevenson (sí, ése también).

Ustedes juzgarán, leyendo mis textos, lo que salió de semejante revoltijo.

Badosa.com ha publicado sus relatos Cuando ya no hay nada que hacer y Las cartas.

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