En la era de las telecomunicaciones, Rafa de Bofarull ejercita su evidente sentido de la comicidad en este cuento sobre el absurdo de la comunicación.
«Tantas decenas de señoritas “espere-un-momento-por-favor” y “comunicando” o “no contestan” o “es imposible establecer contacto, disculpe las molestias”; tantas noches en vela esperando una respuesta de la centralita, y obtenerla para matarme diciendo que existen dificultades técnicas insalvables. Ya me conocen por la voz: en cuanto descuelgan y me oyen “buenas, yo querría...” se ponen en marcha y tocan hilos y clavijas...»
Claus: voz, cable
«...a larga distancia, hable»
Simplemente una excelente historia...
Carolina