Una crónica violenta del argentino Esteban Lijalad sobre el problema de estar en un lugar que a uno no le corresponde.
«Llamarse León Kaplansky, ser blanco, casi lechoso y lleno de pequeñas pecas, calzar lentes, caminar lento y con los pies abiertos y ser bastante gordo, eran razones más que suficientes para suponer que en el Bar de la estación llamaría inmediatamente la atención...»
Claus: bar, domingo, cartera