El descubrimiento de la tragedia de la vida por una niña de catorce años. Un cuento de Evelyn Aixalà.
«Conocí a la prima Teresita recién cumplidos mis diez años. Ella era cuatro mayor que yo: inquieta, con el pelo ensortijado de color cobrizo y los ojos redondos como dos lunas melancólicas...»
Claves: prima, mamá, ojos