La ilusión por comenzar una nueva vida, la resignación al intuir que se parece a la anterior. Un cuento rural firmado por Livia Felce.
«Desde la ventanilla se ven ranchos desperdigados, gente que interrumpe sus tareas cotidianas, y chicos de ojos grandes donde acampó el asombro, que corren a saludar. Aprenden temprano a despedirse...»
Claus: gringa, pueblo
La Ñata
Como siempre, un acierto publicar a Livia, cada relato es un fogonazo de literatura, o de verdad contada, que es lo mismo. Aunque aquí ya despunta el otoño he sentido el calor y la asfixia, he visto las luces tristes de las farolas en medio de la canícula y he masticado la tierra levantada y la náusea caliente de la Ñata, su impotencia subyugada en una estera en medio de un lugar que está en medio de ninguna parte, en el centro de la nada. Desasosiega y subleva y emociona.
Juan Carlos Pajares
La Ñata
Con una prosa atrayente, con el toque adecuado de regionalismo, la autora convierte esta historia en una sagaz visión de la condición humana, desde el desamparo y el deseo. Muy buen cuento.
Pilar Romano
La Ñata
Añatuya, Rápido para Salta (un tren que era de todo, menos rápido)... tierras de salinas... pueblos abandonados a sus soledades... pobreza... destino de mosquitos para los hombres que la habitan. Este cuento es un baldazo de recuerdos para mí. Muy bien escrito. Gracias Livia.
Daniel Aimo
La Ñata
La Ñata es la historia de una derrota. ¿Existe peor suerte para un ser humano que nacer mujer, estar sola y ser pobre? La juventud ingenua cree que en un cuchillo escondida el alma permanece a salvo. Esta narración va más allá del cuento, refleja la situación real de muchas personas, no en el pasado sino en el presente, en muchos lugares del mundo. La sensibilidad de un autor, en este caso Livia Felce, hace el milagro; su relato es una flor lila que brota en el estiércol. Por eso me gusta la literatura, por eso me ha gustado el cuento de La Ñata.
Ana M. Martín
La Ñata
Una bella y triste historia de desesperanza con un final brillante.
Cristian Rubio