En busca del lobo feroz. Un microcuento de Juan Carlos Muñoz de su libro Ermita.
«Había en el bosque osos, castores y caribúes, pero ni rastro del lobo feroz...»
Claus: lobo
Caperucita Roja
(Esta opinión desvela las claves del relato. No se recomienda su lectura antes de leer el cuento.) Este relato, hiperbreve, anticipa dos veces al lector, y a su vez el lector se le anticipa dos veces a la enumeración que contiene. Veamos si logro explicarme en menos palabras que el propio cuento. Cuando dice que había en el bosque: "osos, castores y caribúes", antes de leer lo que sigue, el lector sabe que lo que no encontrará es al lobo feroz. Luego la voz inquisidora de «¿Lobo estás?» es un respiro que da la pausa justa, y, de nuevo, la complicidad con el lector: "Caperucita excitada", entonces ya se sabe lo que busca ella; aún sin que uno sospeche cuáles son los "hábitos nocturnos del lobo". La palabra "excitada" funciona como segundo anticipo-cómplice del lector.
Se los dije. Se los "anticipé": sería más largo mi comentario que la propia narración en cuestión.
Ernesto Simón, Argentina
Caperucita Roja
No es el mejor destino de un texto el tener que ser justificado con teorías y pareceres que son tanto más heterodoxos cuanto mayor es la necesidad de justificación. El excesivo análisis suele ser el más fiel revés de la impotencia, ¿ajena o propia? Quién sabe, tan caprichoso es el seudónimo y tan mudable la autoría...
Grandoni