Una visita con una misión desagradable. Un relato de Ricardo Mena Cuevas.
«Hacía una tranquila tarde con esporádicas nubes esponjosas que moteaban el cielo turquesa tal como si estuvieran solazándose al sol,* cuando un joven avanzó como una exhalación por entre un grupo de peatones que miraban hipnotizados unos atractivos escaparates de ropa de temporada primavera-verano...»
Claves: esposa, camarera, maletín, dueño, asesino
El extraño asesino
Un buen relato, entendido desde mi punto de vista, una buena metáfora sobre los condicionamientos sociales y religiosos. La prosa hecha con el ingenio que un buen narrador sabe poner en su obra desata mi imaginación, que hace que entre en el relato de lleno, sin intuir siquiera la ironía del asunto.
Sin embargo, creo que el relato por sí mismo se sustenta y no necesita de artificios o epílogos como es el caso. Respeto al autor, el señor Ricardo Mena, yo en su lugar dejaría el relato sin la coletilla o aclaración, uso tan en boga de los escritores de desmenuzar lo descrito, colocando un axioma que, en mi opinión, y con todos los respetos, reitero, es redundante, incluso, estropea la esencia del relato en sí. Y huelga decir que un buen relato no necesita regodearse con puntualizaciones o aclaraciones sobre lo que se hace evidente.
Pongamos, por ejemplo: que el relato lo lee un neófito en temas psiquiátricos o cristianos, obvio es que agradecerá tan sutil apunte de naturaleza científica y teologal, no obstante resultará pedante dicha parte para alguien versado y ávido de emociones fuertes.
Lo que quiero dejar claro es que El extraño asesino de Ricardo Mena es una sutil labor de erudición e inteligencia, ingeniosidad supurada por cada párrafo escrito y elaborado, aunque posiblemente el autor haya improvisado más de lo que aparente su prosa. Pero la parte final, incluso siendo parte del relato, deja mucho que merecer y lo que hace es tirar como un lastre del peso de la parte más interesante del mismo.
Y además, no sé si es una trampa del autor, para saber si realmente se ha leído su relato, al final hay una errata en el nombre de Bonifacio que pasa a ser Bonificio. ¿Recurrente el autor? Puede...
Salvador Moreno Valencia