- Pensión Cariño
- Por Germán Uribe
- Cuento • 3.139p • Castellano
- El tiempo recuperado / Enero 1998
El colombiano Germán Uribe, ex primer secretario de la embajada de Colombia en la República Democrática Alemana y Cónsul en Berlín y autor incluido en la antología del cuento colombiano El cuento colombiano contemporáneo – Generación 1970 de Plaza y Janés, relata en este cuento el descubrimiento del amor y la iniciación política.
«No que yo diga que fuera éste o aquél, Cachifo o la Mariona Melguizo o el Tatabro Perea; la flaca Celina o Morrocoy Arrieta. Ni siquiera que el Trompeta Fernández o la Purita Escalante. No. Y, además, ¿por qué habría de ser el Trompeta? El Trompeta Fernández era violinista, no poeta. Pero de lo que sí ya no hay duda es que fue alguno de ellos...»
Claves: amor, vida, pensión, noche, mundo
- Esplendor y caída de El Torito
- Por Xavier B. Fernández
- Cuento • 2.327p • Castellano
- El tiempo recuperado / Junio 1998
Ambientada en el mundo del ring, esta narración del catalán Xavier B. Fernández relata la ascensión a la cúspide y el descenso a los infiernos del boxeador mexicano El Torito, personaje de ficción que le aguantó ocho asaltos al mismísimo Jake LaMotta.
«Pues sí, mi cuate, ese güey del retrato, el del pinche bigotito y el calzón de box, es El Torito, el más charro y más pendejo de todos los mexicanos que cruzaron guantes en los rings de los United States. O, mejor dicho, ése era El Torito, que ahorita ya no, ahorita vuelve a llamarse Ramón...»
Claves: toro, mano, ring
- El expreso de Santa Apolonia
- Por Miguel A García Andrés
- Cuento • 2.520p • Castellano
- El tiempo recuperado / Diciembre 2000
Miguel A García Andrés firma esta historia de viajeros que, en la complicidad de un vagón de tren, cuentan las historias del viaje de sus vidas.
«Yo estaba sentado en un extremo del vagón de camas. En el vagón contiguo, detrás de mí, estaban cocinando la cena...»
Claves: mujer, vida, historias
Me parece un magnífico relato en el que el autor con un enorme dominio del lenguaje en su acepción semántica psicológica consigue adentrarnos en un mundo donde lo casual cobra toda la fuerza del pasado innombrable. La necesidad de comunicación entre las personas está por encima de cualquier circunstancia, los imponderables del presente impiden vivir ese presente que es posible pero que está estrangulado por los convencionalismos de un modo de vida pacato y micronuclear.
Javier Corres
- Apuntes del verde
- Por José Preciado
- Cuentos • 478-1.439p • Castellano
- El tiempo recuperado / Octubre 1998
«La discoteca era pequeña y oscura, y estaba enmoquetada hasta el techo de rojo Prusia, precisión cromática que frecuente y enfáticamente hacía la Futi, su dueña. El piso, que trataba de imitar parqué, era de linóleo, cuya proverbial adherencia impedía cualquier exceso coreográfico, salvo si se derramaba algún cubata, porque entonces la referida cualidad del pavimento desaparecía milagrosa y casi criminalmente...»
Claves: siempre, yo, recuerdo, silencio, padre
Este texto (El Bala), así como todos los que se refieren a esta misma época/grupo de amigos, es de una muy agradable lectura. Consigue hacerte recordar tus tiempos de juventud (si tienes entre 45 a 55 años).
Francisco Rey
He observado que no hay nuevos relatos ni poemas de este autor y creo que muchos lectores estaríamos interesados en seguir su trayectoria. Transmite vida y habla de sensaciones desnudas e inmediatas, sin la barrera de las palabras.
Adelaida
Me encantaron tus relatos, que mezclan literatura con el más actual costumbrismo y realidad, embebido en estructuras multiformes sonoras y policromáticas. Un saludo de un poeta local... de Hellín (Albacete).
José Joaquín Preciado
- La bohemia
- Por Patricia Suárez
- Cuento • 1.850p • Castellano
- El tiempo recuperado / Abril 2000
La argentina Patricia Suárez firma este relato sobre la voluntad y las cenizas de los dones pasados.
«Aurora dijo, siempre decía que iba a estar por un rato, pero se instalaba, venía para quedarse. El hombre piensa: "No, no", y tiembla un poco antes de abrir la puerta...»
Claves: hombre, Dios, noche, cartas
(Esta opinión se refiere al conjunto de la obra de Patricia Suárez.) He leído varios cuentos de esta autora, los que aparecen aquí, en Badosa.com, y los que ha publicado en otras páginas, y ninguno me ha defraudado. Especialmente me gustó uno de ellos, La bohemia; creo que es magnífico, de una escritora madura y con futuro.
Óscar
- Lejana tierra mía
- Por Pablo Brito Altamira
- Cuento • 1.966p • Castellano
- El tiempo recuperado / Junio 2007
«Habría que empezar por decir que Jacinto no nació en Málaga, como siempre había creído, sino en Buenos Aires, una fría mañana de junio del año 1977 en un lugar de reclusión provisional para subversivos. Su madre murió pocos días después cuando fue arrojada sin paracaídas desde un aeroplano Skyvan en la mitad de un mar gris y silencioso...»
Claves: historia, amigo, viejo, verdad, director, cine
- Un panteón para Teresita
- Por Evelyn Aixalà
- Cuento • 1.548p • Castellano
- El tiempo recuperado / Abril 2004
El descubrimiento de la tragedia de la vida por una niña de catorce años. Un cuento de Evelyn Aixalà.
«Conocí a la prima Teresita recién cumplidos mis diez años. Ella era cuatro mayor que yo: inquieta, con el pelo ensortijado de color cobrizo y los ojos redondos como dos lunas melancólicas...»
Claves: prima, mamá, ojos
- Espejo envuelto en sábanas
- Por Moisés Sandoval Calderón
- Cuento • 4.373p • Castellano
- El tiempo recuperado / Abril 2008
«Por Dios. ¡Pobre Javier! Horrible. Realmente horrible. Va a morir. Fatal e inevitablemente va a morir. Su cuerpo lo encontrarán encobijado, engendrando una vorágine de gusanos, horroroso, descomponiéndose en una especie de sebo que empezará a ponerse negro cuando exude zumo de cadáver. Y su espíritu rondará por las sombras como todos los muertos que andan por ahí tirados...»
Claves: vida, ojos, madre, cabeza
- El orden del mundo
- Por Carlos Almira Picazo
- Cuento • 6.374p • Castellano
- El tiempo recuperado / Mayo 2008
Últimos días de Isaac Newton. Un relato del valenciano Carlos Almira.
«Me ha postrado el mismo dolor atroz de la víspera. Voy a morir. Vaya novedad. La muerte de un hombre, sin embargo, siempre será una sorpresa para él mismo...»
Claves: Londres, fin, noche, mundo, día
Carlos nos ofrece ahora un relato redondo, basado en una excelente documentación, y a través de una idea filosófica de gran calado y, sin duda, muy poco inocente. Con agilidad nos introduce en el mundo de la ciencia y en los entresijos de sus teorías, de sus miserias, de las envidias mal disimuladas, del ansia de conocimiento y también de notoriedad. Al más puro estilo Asimov.
Pero el giro argumental remueve los cimientos mismos del conocimiento: la verdad universal deja de serlo de un plumazo ¿cucharillazo? Aunque, por otra parte... ¿la excepción no confirma la regla? No sé, no sé.
Enhorabuena, Carlos. ¿Me permites un comentario (que no es mío)? La unidad es la variedad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo (Isaac Newton, 1642–1727).
Paco Ortuño
He leído el cuento El orden del mundo, de Almira Picazo, y me ha parecido fantástico. Con una economía de recursos envidiable el autor se permite jugar con la ciencia ficción, la cosmología y el policial. La prosa es exacta y el final, perfecto. Felicitaciones al autor.
Cristian Mitelman
- Vienen por más
- Por Yako
- Cuento • 1.613p • Castellano
- El tiempo recuperado / Junio 2008
En la guerra. Un relato del argentino Yako.
«La noche era una caja cerrada, una trampa con su boca abierta. Adivinaba —o creía adivinar— mis manos agarrotadas sobre el cuerpo metálico del fusil que no era tu cuerpo. ¿Estaba muerto? ¿Aquello era un recuerdo? Yo no deseaba estar allí. No debía. Quería parar de sufrir, Carla...»
Claves: noche, lugar
Íntimo, crudo, asfixiante, increíble muestra de este autor, sí, quisiera conocer su obra.
La srta Pil
Es un cuento maravilloso, conmovedor. Se requiere de una gran sensibilidad y talento para transmitir sensaciones tan dolorosas y profundas, como son las provocadas por una guerra. Espero, encontrarme pronto con otra obra de Yako.
Dany
¡¡¡¡Ex-ce-len-te!!!! Atrapa al lector desde lo más profundo de su ser. Muestra con real crudeza las vivencias de los ex combatientes de Malvinas. Escrito desde un punto de vista pocas veces abordado: la locura del final. Insospechado desenlace.
Natalia Rosón
¡¡¡Buenísimo!!! Me atrapó tanto el cuento que no me liberó hasta llegar a su fin... La forma en que se expresan los sentimientos a través del miedo, del dolor y de la soledad hacen que el autor muestre una cruda realidad que se ha vivido hace años en Ias Malvinas...
Gaby
Es vívido y cruel como la locura que desató una guerra inútil. Sentimos dolor cuando supimos que los trajeron de noche, a escondidas, como si fuera culpa de ellos el fracaso. Excelente la descripción, locura y pánico de un muchacho acosado en un lugar absurdo. Toda guerra lo es.
Livia
Esto está muy bien. Lo cual ya no me está sorprendiendo. Revivo la angustia de aquellos días de 13añero en los que, desde Comodoro, me encontraba estrepitosamente con la tremenda realidad de que los de 18 no eran "los grandes", sino que eran apenas menos niños que nosotros, y que lo estaban pasando muy mal. Recuerdo el dolor de soldados dados prematuramente de alta del hospital, alojados temporariamente por el ejército en el hotel de mi abuela, hasta que hubiera avión para volver a enviarlos con sus familias, heridos para siempre. Y vuelvo a llorarlos. Un abrazo.
GR
- No te olvides de mí
- Por Pilar Romano
- Cuento • 1.356p • Castellano
- El tiempo recuperado / Diciembre 2008
Fuerza y persistencia de una vivencia de la niñez. Un relato de Pilar Romano.
«Ya no quedan niñas que jueguen con una muñeca «Marilú», eran otros tiempos. En mi infancia nunca tuve una, aunque lo soñara y aunque fuera el tiempo. Mi vecina María Rosa sí: le llegó en una caja, sobre sus zapatos, una mañana de Reyes. Y la muñeca pasó a llamarse Grisel; la bautizó así su padre, por el tango de Mariano Mores...»
Claves: muñeca, amiga
Pilar, querida amiga, tu pluma narradora llega a los rincones más profundos del lector. Este relato me ha hecho recordar tantas cosas (la muñeca de yeso que mi papá me envió desde el Paraguay, mi amiga sordomuda de la casi adolecencia y el tango con ese bagaje de nostalgia). La magia que existe en tu forma de contar hace maravillas, un abrazo emocionado
Elisabet Cincotta
Pilar, no es el único texto que te he leído y como siempre logras que el lector se identifique con tu narrativa. Evocas episodios de la niñez y es como volver a ella llevados por tus palabras. Gracias por ello,
Andrea Álvarez
Es un cuento que invita a la lectura desde su título. He leído otras obras de la autora y no deja de sorprenderme con sus cuentos cortos. ¡¡¡Excelente!!!
Pablo
Cómo negar la realidad de uno de los tantos recuerdos tuyos que nos transporta en el tiempo, nos hace partícipes simples, sin estridencias ni exageraciones. Así se expresa la verdad, de esta forma auténtica, sincera y repleta de sueños válidos.
Miguel Ángel Prieto
Todo lo que viene desde la infancia tiene el sabor de la nostalgia, y en este caso , no sé si me impregnó más ese sabor que la mudez de la niña. Su juego callado. El padre en sombras, la madre laboriosa y finalmente la muñeca, el símbolo de aquellos tiempos, tomando el lugar de quien se fue. Me parece un tierno lugar de la memoria bien entramado con el presente. Gracias.
Livia Felce
Leer a Pilar Romano, en su narrativa, sus cuentos de ser y hacer de la palabra magia, es uno de mis grandes placeres. Y aquí, en No te olvides de mí, vuelvo a recrearme en su pluma maravillosa y digna de tener siempre a mano. Un abrazo mi querida Escritora y Amiga de alma,
Migdalia Mansilla Rojas
- El zanjón
- Por Nolberto Malacalza
- Cuento • 1.412 • Castellano
- El tiempo recuperado / Septiembre 2009
Historia del Palanga, el fugitivo que se adueñó del rancho del ladeado Benegas con mujer y todo. Un relato de Nolberto Malacalza.
«Saliendo de la ciudad hacia el norte, sobre la mano del río, los camiones de la empresa recolectora de residuos se mueven como moscas sobre las pústulas del basural. El límite sur del predio es una cuneta de bordes verdosos, de casi tres metros de ancho, con su sangraza marrón estancada. De vez en cuando los desniveles y la lluvia se encargan de desbordar algo de podredumbre en el río, sin que esto parezca importarle a nadie...»
Claves: mujer, mano
Una pintura fuerte y una historia también fuerte, con la adecuada economía en la administración de palabras que requiere el cuento. Muy buen texto. El puente del piquete... ¿será el General Manuel Belgrano?
Pilar Romano
- La dulce rubia de la familia Munster
- Por Xavier B. Fernández
- Cuento • 4.926p • Castellano
- El tiempo recuperado / Diciembre 2010
Reencuentro inesperado. Una narración de Xavier B. Fernández sobre el éxito profesional y la fama.
«Alicia siempre me sonreía cuando se cruzaba conmigo; no importaba que nunca hubiéramos entablado la más breve conversación, no importaba que su enorme novio rebozado de Lacoste fuera a su lado cogiéndola por la nuca, como un policía a un detenido. “Es un compañero de la uni”, supongo que ella le diría cuando él le preguntara por qué saludaba a aquel punki de la cazadora de cuero negro, las Ray-Ban Wayfarer (él solía llevar unas Aviator) y el anillo de calavera. Pero eran los años ochenta, tiempos de tribus. Cada tribu se definía por su uniforme y los uniformes se definían por pequeños detalles: llevar unas Aviator verdes o unas Wayfarer negras te enrolaba en universos éticos y estéticos radicalmente opuestos. O eso creíamos entonces...»
Claves: noche, vida, prensa, periodistas
- La casona
- Por Gelu
- Cuento • 1.893p • Castellano
- El tiempo recuperado / Enero 2005
Una mirada a las raíces y a las herencias que no tienen precio. Por Gelu.
«Cuando el albacea anunció que leería el destino de la casona santanderina, se nos hizo un nudo en la garganta a los dos. Sabíamos que el abuelo siempre pensó dejársela sólo a uno, pero nos habíamos hecho la ilusión de que aquel momento nunca llegaría...»
Claves: hermano, niños, yo, casa
Me gustó mucho el escrito, pero me supo a poco; era excesivamente corto y si hubiese sido más largo habría resultado pesado; ¡eh ahí su virtud! Muestra numerosos sentimientos contrapuestos que reflejan mucha fe en la fortaleza de las relaciones familiares y el peso que éstas dejan en las pequeñas y grandes cosas materiales. Espíritu mimado en los siglos y siglos pasados y olvidados en muy poco tiempo por la sociedad moderna. Enhorabuena a la autora y la animo para que siga escribiendo, para los demás o para ella misma; ¡eso es lo de menos!
Javier
Su lectura me ha resultado muy amena. La mezcla entre los sentimientos familiares con el toque del conocimiento de las leyes y adornado con el misterio que rodea la entrada a la casona hace que una vez llegado al final te resulte corto el relato, deseando que salgan de sus tumbas para que sigan relatando los hijos de los hijos. ¡Felicidades!
Alfredo
- En el último peldaño
- Por Edith Checa
- Cuento • 1.375p • Castellano
- El tiempo recuperado / Noviembre 1997
La periodista nacida en Sevilla Edith Checa nos propone este cuento sobre la amistad durante la infancia. Se trata, en realidad, de un ejercicio de literatura dentro de la literatura ya que este cuento pertenece a la novela hipertextual Como el cielo los ojos, que fue publicada con posterioridad en estas páginas.
«Aquella imagen, de los pequeños en la escalera, me hizo recordar una foto en blanco y negro en la que una niña, de pelo lacio y flequillo recto, bajaba por ella con la bolsa de la compra —no entiendo por qué mi padre me fotografió en aquellas escaleras, pero no importa—. Seguí mirando a los chavales y por un momento creí ver, en blanco y negro, a los amigos de mi infancia y a mí misma...»
Claves: terraza, niños, verano, padres, invierno, amigos
(Esta opinión se refiere al conjunto de la obra de Edith Checa.) Creo que escribe magnífico. Son muy interesantes sus relatos.
Isabel
- El mono
- Por Jesús Meana
- Cuento • 2.906p • Castellano
- El tiempo recuperado / Diciembre 1997
Desde Atlanta, nos llega esta vivencia de viajero ambientada en Irán, escrita por el madrileño Jesús Meana.
«El perfume del opio se lo había llevado la brisa del atardecer y los niños y los viejos comenzaban a sentir el cansancio. Nadie esperaba a Nader ni a la otra gente, pero habíamos encontrado la fuente de la juventud, el araq resplandecía en el fondo de los vasos y los hielos flotaban en ellos, como icebergs de una noche que se prolongaría hasta nadie sabía dónde ni cuándo...»
Claves: noche, animal, historia
- Soledad de dos
- Por Pilar Romano
- Cuento • 777p • Castellano
- El tiempo recuperado / Julio 2004
La argentina Pilar Romano nos propone un cuento que evoca la inocencia de las amistades de la niñez.
«Al principio éramos tres. Después vino Mercedes y se transformó en la más importante del grupo, porque había estado en el terremoto de San Juan. Salíamos a jugar al atardecer, cuando el sol se ponía detrás de los árboles y parecía licuar las casas del barrio, dejando motas claras entre las hojas...»
Claves: plaza, barrio
Desde mi suscripción he leído obras al azar. Tomé ésta para ver qué se reflejaba y me encontré con un cuento que si bien tiene las características de la corriente actual le falta sólo un ligero detalle, el final. Casi todos los finales de la cuentística actual son de final abierto y en muchos te dan la posibilidad de culminarlo, pero en este caso creo que le falta algún otro indicio para justificar un final tan abrupto, tiene buena trama y refleja ciertamente una etapa de la vida del ser humano, pero mejoraría el final. Gracias.
María del Valle
(Esta opinión se refiere al conjunto de la obra de Pilar Romano.) Hola Pilar: Frecuento bastante badosa y hoy me puse a leer tus cuentos. Me parece que, además de bellos, tienen una gran nitidez narrativa. Un saludo afectuoso desde México.
Rosy Paláu
(Esta opinión se refiere al conjunto de la obra de Pilar Romano.) Gracias, Pilar, por indicarme este sitio, donde la calidad literaria luce. Respecto a tu obra, ¿qué puedo agregar a lo que siempre manifiesto? Tienes la particularidad de plasmar historias creíbles de buena factura y con un sello identificatorio: el de una escritora de fuste.
Catalina Zentner
(Esta opinión se refiere al conjunto de la obra de Pilar Romano.) Me gusta la literatura en general. Encuentro en los textos de Pilar Romano lo esencial sin desvíos, un lenguaje claro y buenas resoluciones. Me gustaría seguir leyendo su obra.
Catalina Zentner
Pilar, también escribo y tus cuentos me parecen muy interesantes pero la verdad le cambiaría el final. La literatura merece este tipo de cuentos que capten la atención del lector no sólo por un momento sino todo el tiempo y tu obra lo hizo conmigo pero el final desconectó todo.
Caro
- La Ñata
- Por Livia Felce
- Cuento • 1.846p • Castellano
- El tiempo recuperado / Octubre 2004
La ilusión por comenzar una nueva vida, la resignación al intuir que se parece a la anterior. Un cuento rural firmado por Livia Felce.
«Desde la ventanilla se ven ranchos desperdigados, gente que interrumpe sus tareas cotidianas, y chicos de ojos grandes donde acampó el asombro, que corren a saludar. Aprenden temprano a despedirse...»
Claves: gringa, pueblo
Como siempre, un acierto publicar a Livia, cada relato es un fogonazo de literatura, o de verdad contada, que es lo mismo. Aunque aquí ya despunta el otoño he sentido el calor y la asfixia, he visto las luces tristes de las farolas en medio de la canícula y he masticado la tierra levantada y la náusea caliente de la Ñata, su impotencia subyugada en una estera en medio de un lugar que está en medio de ninguna parte, en el centro de la nada. Desasosiega y subleva y emociona.
Juan Carlos Pajares
Con una prosa atrayente, con el toque adecuado de regionalismo, la autora convierte esta historia en una sagaz visión de la condición humana, desde el desamparo y el deseo. Muy buen cuento.
Pilar Romano
Añatuya, Rápido para Salta (un tren que era de todo, menos rápido)... tierras de salinas... pueblos abandonados a sus soledades... pobreza... destino de mosquitos para los hombres que la habitan. Este cuento es un baldazo de recuerdos para mí. Muy bien escrito. Gracias Livia.
Daniel Aimo
La Ñata es la historia de una derrota. ¿Existe peor suerte para un ser humano que nacer mujer, estar sola y ser pobre? La juventud ingenua cree que en un cuchillo escondida el alma permanece a salvo. Esta narración va más allá del cuento, refleja la situación real de muchas personas, no en el pasado sino en el presente, en muchos lugares del mundo. La sensibilidad de un autor, en este caso Livia Felce, hace el milagro; su relato es una flor lila que brota en el estiércol. Por eso me gusta la literatura, por eso me ha gustado el cuento de La Ñata.
Ana M. Martín
Una bella y triste historia de desesperanza con un final brillante.
Cristian Rubio
- Las máscaras de Beatriz
- Por Ángel Balzarino
- Cuento • 2.017p • Castellano
- El tiempo recuperado / Septiembre 2000
El argentino Ángel Balzarino nos relata un amor que, ahora sí, seguro será imposible.
«La mirada de los otros tuvo la vigencia de una fría puñalada. Se detuvo en el umbral, indeciso, con la bochornosa sensación de ser alguien raro o completamente ajeno en ese lugar...»
Claves: triciclo, pueblo
El cuento lo leí inmediatamente de recibido pero apenas hoy el tiempo me alcanza para releerlo y escribir algo. Ha sido un verdadero gusto hallar un texto así, tan cálido a la par de sintético, de una economía de recursos que hace sentir más profundamente los sentimiento que laten tras las palabras. El tema de la iniciación (sexual y en el amor, que son cosas diferentes) de los muchachos y una sensibilidad especial del joven frente a los prejuicios y limitaciones de una sociedad pueblerina cruel están plenamente expresos. Y más allá, el dolor de una mujer que de algún modo ha sido dolorosamente golpeada, hasta pagar con su muerte, el "delito" de simplemente ser mujer en una sociedad machista.
Olga Zamboni
Después de leer Las máscaras de Beatriz, lo encuentro como siempre a Angel Balzarino con su estilo y su altura, perfecto en trazo como cuento y en sintaxis. Me gustaría seguir leyéndolo. ¿Cómo y donde puedo hacerlo?
Gloria de Bertero
- Bogotana lluvia
- Por Carlos A. Jáuregui Didyme-Dôme
- Cuento • 181p • Castellano
- El tiempo recuperado / Febrero 1997
Desde Estados Unidos, el colombiano Carlos A. Jáuregui Didyme-Dôme, editor de la Foreign Language Student Review en la West Virginia University y miembro del grupo de editores de Proyecto Sherezade en la Princeton University, nos ofrece esta evocación íntima de Bogotá en 1948.
«El 9 de abril de 1948 Carlos Jáuregui Elicechea, mi padre, es un muchacho. Los tranvías gimen echados sobre sus reflejos incendiados. Llueve. La plebe borracha saquea los almacenes. La revolución también se embriagó y está durmiendo junto a un cadáver en la esquina...»
Claves: muchacho, cementerio
Es verdaderamente impresionante cómo el autor describe una situación tan transcendental para un país, como Colombia, colocándolo en paralelo con una vivencia triste y cruel del protagonista. Sus palabras hacen que el lector, en unos segundos, viva momentos de la historia de un país que inicia su triste camino hacia la guerra sin sentido... ¡como son todas las guerras! Permítame felicitarlo y pedirle que siga escribiendo, para que algún día nos dé la oportunidad de conocer todos sus escritos y el fondo mágico que ellos tienen.
Luis Francia
- La Aurora
- Por Gabriel Coronel
- Cuento • 1.688p • Castellano
- El tiempo recuperado / Septiembre 1998
Desde Tel Aviv, nos llega este relato del peruano Gabriel Coronel sobre la infancia en el barrio limeño de la Aurora.
«Érase una vez en el barrio de la Aurora, donde Juani, Solón y Chicho formaban el club de los antivicios. La verdad era que todo el barrio fumaba yerba, y nosotros no queríamos caer en eso. Fue Chicho quien dijo: “Desde hoy somos los antivicios, no fumamos ni tomamos”. Toda la gente del barrio que paraba con nosotros se nos cagó de risa en la cara: “¡Qué se creen, pedazos de huevones!”, decían al vernos. Y nosotros les respondíamos: “Somos los antivicios”...»
Claves: día, todo, barrio, nosotros
- Saltimbanqui
- Por Antoni Carrasco
- Cuento • 5.477p • Castellano
- El tiempo recuperado / Febrero 2001
Traducido del catalán, el relato de Antoni Carrasco describe un viaje a Nueva York que inesperadamente se convierte en un viaje al pasado.
«Era un barrio puertorriqueño, con rótulos en castellano; las calles eran amplias, muy abiertas, y los cruces separaban pendientes opuestas...»
Claves: ventana, ron, puerta
- Historia de nadie
- Por Livia Felce
- Cuento • 2.203p • Castellano
- El tiempo recuperado / Mayo 2003
Un relato de la argentina Livia Felce sobre la herencia del pasado.
«Al salir de la casa el portero le entregó una carta que, como otras, creyó sin importancia. Algún folleto, pensó, e iba a decirle que la pusiera en el buzón cuando algo le hizo cambiar de parecer...»
Claves: vida, años, casa
Vivencias que nos llegan en forma de recuerdos, pintados con un lenguaje rico, una prosa impecable y con conceptos que son para leer más de una vez. Dos historias encadenadas hábilmente, con el factor común de la soledad; una que no tiene otro remedio que ser contada desde el final y la otra, también tardía, pero aún con un interrogante.
Buen trabajo, Sra. Livia Felce.
Pilar Romano
Me parece que el cuento de Livia Felce tiene los elementos que componen la buena literatura. Un lenguaje preciso y fluido, una atmósfera bien narrada, pero sobre todo expresa de una manera eficaz el sentimiento de los personajes. En resumidas cuentas forma y contenido se entrelazan equilibradamente para narrar esta historia de encuentros con el pasado, y desamores que son acaso algunos de los ingredientes comunes de la vida.
Rosy Paláu
Es un relato conmovedor, sumamente emotivo. La autora se mete en la piel de la protagonista y narra los sentimientos, nostalgias y recuerdos de una mujer anciana que añora lo que fue... y lo que no fue, con resignación. Muy recomendable, es de esos cuentos para volver a leer una y otra vez.
Gabriela
El cuento de Livia Felce parece escrito para mujeres, pero lo que le sucede a la protagonista no conoce distinciones. Tiene mucha profundidad y pensamientos que llegan. Me hizo pensar y eso ya es un mérito además de la historia.
Pablo
Es un cuento excelente, me gustó muchísimo.
Maria Concepción Cruz
Navegando por la net me encontré con esta página y leí los cuentos que figuraban en la portada. ¡Suerte la mía! ¡Muy buen relato! ¡Lástima que sólo hay dos cuentos de esta autora!
Mónica
Más allá de la conmovedora historia dura y desierta de Antonia que no vivió, y la nueva huesped de la casa en ese mismo camino, este cuento me hizo revivir viejos terrores y desesperanzas, y a la vez me provocó un sensación de que la nueva habitante de la casa pueda torcer ese destino, al parecer predeterminado. Recomiendo fervorosamente la lectura de este cuento, y me gustaría leer más de la autora que a mi modesto entender es dueña de una sensibilidad notable.
Gerónimo Loira (Madrid)
Felicitaciones para la autora. Leyendo a Felce en Historia de nadie uno se mete en el personaje, bucea en las imágenes que generan sus palabras, y esa magnífica carta con sus descripciones y comparaciones tan metafóricas, quisiera leer mas de L. Felce en Badosa. En resumen me pareció excelente.
Daniel
Livia sabe escribir. Nos hace entrar en un mundo real que asemeja mágico y nos hace compartirlo, tanto con los personajes, como con el entorno. Nos sumerje en el pasado y nos lleva de la mano en el presente. Da gusto leerte, Livia, ¡enhorabuena!
Rosario
Encontré un texto poético lleno de reflexiones como "Cada día estoy más cerca de mí". Además de la historia de soledad hay una reflexión existencial. Muy bueno.
Andrea
Respecto a la escritora Livia Felce, tuve oportunidad de leer sus cuentos y mi opinión es excelente. Les pido, si es posible me sugieran una de sus obras para adquirirla en librería, y poder pasar momentos gratos como con sus cuentos. Desde ya agradecida dejando un afectuoso saludo de
Idalina
Me encanta la narración tan exacta de los sentimientos de los personajes, es como vivir dentro de la historia de nadie. Arequipa, Perú,
Roxana Dodero
- Historia de José Montilla
- Por Fernando Sorrentino
- Cuento • 3.598p • Castellano
- El tiempo recuperado / Octubre 2003
El argentino Fernando Sorrentino regresa a Badosa.com con una narración de tono muy distinto al que nos tenía acostumbrados. La crónica de una decadencia.
«En aquellos días, la calle Emilio Ravignani se llamaba Andrés Arguibel. Desde el centro, el tranvía 4 venía por Paraguay, doblaba a la izquierda por Andrés Arguibel y recorría dos cuadras más. En la esquina de Soler, bajo un hexágono de metal amarillo con una P negra, esperaba el tranvía don José Montilla...»
Claves: padre, mercadería, casa, ropa
El cuento es fuerte, creíble y nos muestra una vez más la nobleza de la lucha de los primeros inmigrantes. Cuántos personajes como éste conocemos los argentinos.
Elda Forcatto
(Esta opinión se refiere al conjunto de la obra de Fernando Sorrentino.) Creo que sí hay que seguir publicando la obra de F. Sorrentino. Es interesante, aguda y ayuda a reflexionar sobre el otro lado de las relaciones humanas y las creencias sobre el propio yo. Pienso que a pesar de la evolución de la psicología, la gente aún sigue siendo hipócrita y poco transparente. En ese sentido la obra de Sorrentino es un aporte al desenmascaramiento de ciertas conductas sociales que poco ayudan a las relaciones auténticas. Hay mucha histeria en nuestro país y es totalmente relevante comenzar a detenernos en sus orígenes, causas y motivaciones. Saludos a Sorrentino y adelante,
Rafaela
(Esta opinión se refiere al conjunto de la obra de Fernando Sorrentino.) Un escritor que acude, que instala las voces que narran lo que creemos nuestra verosimilitud, como un adivino propietario de nuestra incredulidad. Además, ¡es alegre! Un abrazo para él, de parte de los alumnos de la Escuela Media 6 1º 4ª de Mar del Tuyú.
Ana Candela López - Diana Díaz - Victoria González - Bruno Chamorro - Milagros López.
Estamos muy emocionados de leer una obra tan interesante y tan bien detallada de la vida de mi abuelo materno, don José Montilla ya que sus hijas siguen sus consejos y sus enseñanzas y toda la generación que vino luego seguimos viviendo en General Rodríguez y somos un montón de personas que estamos agradecidos de poder leer algo tan lindo y escrito con el corazón. Para usted un abrazo enorme
Mauer Marcelo Fabián, hijo de Nélida Montilla
Tengo que admitir que pese a que tiene una excelente narrativa, creo que cabe destacar que bien se trata de una novela, dado que la historia no es verídica: encontré muchas discrepancias con la realidad. De hecho, me sorprendió que tenga usted la idea de que don José Montilla falleció en soledad, dado que en ese momento estaba viviendo conmigo, con su hija, y tampoco fue ello en General Rodríguez, sino en la localidad de Moreno.
Victoria Montilla, hija de don José Montilla
- Crónica de un teatro
- Por Antonio Libonati
- Cuento • 1.891p • Castellano
- El tiempo recuperado / Octubre 2005
«Cuenta la leyenda que «Bragado», el potro más codiciado por los indios y la soldadesca cristiana, recorría libre la pampa y se acercaba a beber a la laguna. De pelo alazán tostado, esa braga blanca que le cruzaba a la altura del riñón sugirió el bautismo...»
Claves: teatro, libertad, pueblo
Extraordinaria descripción de los hechos, con fundamento histórico y en especial con una prosa que conmueve y hace soñar al lector con las vivencias de esa epopeya. Nos conduce de la candidez a la vibración para estallar en nuestros principios morales, patrióticos y fundamentales. Imperdible.
Arturo Fuentes
Al leer este cuento se entremezclan los sentimientos de bronca y alegría por el desenlace. Está muy bien lograda la parte histórica, real con datos ciertos y la fantasía creativa del autor.
Ana María
Cuando era muy joven, tuve oportunidad de vivir dos años en Bragado, este progresista pueblo del Oeste y cursar allí un año del Colegio Nacional. Entonces se conservaba el edificio del viejo teatro. Libonati en mi opinión, ha escrito un cuento de carácter "costumbrista", con el estilo fresco y detallista que lo caracteriza, sin perder por eso esa garra que nos atrapa y no nos suelta hasta el final. ¡Felicitaciones Antonio! Tres abrazos,
Luis José Vincent de Urquiza
Me encantó el cuento del sr. Libonatti, creo que ilustra por demás ítems, nombres y situaciones que por más fantásticas que sean nos retraen el conjunto del acervo cultural de los hispanoparlantes. Muy bueno,
Leonardo Bardolla
En este relato el autor logra conjugar el mundo de ese estar en el adentro con la memoria afuera. Transita texturas de una visión, de una realidad en la que estamos inmersos. Y lo hace con humor, con hondura, con una suerte de percepción minuciosa. Destaca sin estridencia el panorama de nuestro devenir narrativo.
Los símbolos. El respeto por el libro. El tratar de interpretar lo que el destinatario del ex libris quiere es todo un logro, multiplicado por el compromiso y facilitado por el saber hacer. El poder de síntesis y el sentido de lo propio que este requiere son muy difícilmente interpretados en particular por no decir que no lo son en general. Antonio ha logrado, una vez más, una serie casi cerrada en sí misma, endogámica. Envidiamos su conocimiento del lenguaje casi críptico requerido y su dominio de la técnica, del tiempo, del espacio, de la textura del papel y permitirse reabrir el camino que cautamente resurge. Diría que ha conseguido caso a caso complementar en armonía el libro al que están destinados.
Horacio Humberto Bisceglia
He leído varios cuentos de este escritor y es realmente muy bueno. Espero que en el futuro publiquen más trabajos del mismo. Aunque de un tono algo romántico, no hay duda de que este relato tiene la intensidad necesaria para hilar hechos históricos, casi legendarios, y enlazarlos en una epopeya pueblerina, digna de la épica latinoamericana.
Ernesto Parga
Excelente cuento del Sr Libonatti, un autor que logra meternos dentro del cuento, sintiéndonos identificados con su personaje o sintiendo que estamos presenciando todo en realidad y no bajo la fantasía del relato. Espero poder disfrutar muy pronto de otro de sus relatos.
María Cristina
Al leerlo creí estar allí en ese pueblo y compartiendo esa noche el espectáculo. Sentí placer y agradezco al autor el momento vivido.
Elsa Bisbal
Excelente. Trae a la memoria la etapa fundacional de Argentina, plena de inmigrantes de todas las latitudes, España especialmente, que compartieron con los criollos el fervor por la libertad, bien representada por el vasco y el caballo arisco. Claro y conciso, nos ubica en el escenario con realismo.
Carlos Carbajal
Me encantó la pasión del relato, las descripciones de los lugares disparan la imaginación provocando una escenografía histórica perfecta.
Patricia Fernández
Me parece una excelente narración, escrita con conocimiento de hechos pasados y relatada en forma simple, concisa y real. ¡¡Muy bueno!!
Alcira
Muy emocionante relato ambientado en un escenario real y contado con una pluma fotográfica.
Juan Manuel Yalj
Excelente obra de este importante escritor argentino. Una trama ágil, llena de imágenes y con frescura y espontaneidad. Revaloriza heroicamente un rico pasado argentino. Felicitaciones.
Eduardo Aroca
Cuando pase por Bragado me dejaré envolver por la sed de dignidad presente en cada época, por la voz de Constantino que movilizaba a sus vecinos, por el alazán de braga blanca que sigue trotando allí donde las gentes no han perdido su sed de libertad. Gracias, Antonio, por permitirnos saborear un flash de patria.
Manuel Gonzalo
Debería leerse este cuento en las escuelas secundarias. Está relatado de forma amena despertando el interés de los adolescentes quienes reúyen de las lecturas más estructuradas y con poco movimiento.
Mónica
Muy bien logrado este cuento, algo extenso, que sin embargo se redime construyendo una metáfora de la República Argentina. País que todavía no ha terminado de derrumbarse, pero, tal como le sucede al Teatro de Bragado, está en proceso de diáspora y derrumbe permanente, mientras una voz estentórea (acaso sea la suma de millones de voces de argentinos cantando) sigue entonando el Himno Nacional. Hay precisión en el uso del lenguaje, lo que hace que el relato sea atrapante y sólido.
Ernesto Simón, Argentina
Antonio Libonati nos regala un cuadro sumamente documentado, en donde se entremezclan el amor por un teatro, por un pueblo, por la patria y por los símbolos nacionales, encarnados en el Himno Nacional. Ese himno que a todos los argentinos nos llega al alma y que se siente vibrar, imaginariamente, en ese "do" recordado, avivando los rescoldos de una época. ¡Mis felicitaciones!
Prof. Correctora Hilda Elina Lucci
Éste no es un medio con el que yo tenga muchas afinidades, así que es probable que esto resulte una botella al mar, pues puedo equivocar alguna de las maniobras y esto puede ir a parar a cualquier parte o ser borrado. Quisiera expresar mis sentimientos respecto a la nota del señor ¿Libonati?
Yo no conozco Bragado pero según parece tengo una historia con este lugar que algún día quisiera conocer a fondo. Mi nombre es Elpidio Islas y mi familia vivió en Bragado, mis abuelos murieron allí, mis tíos y mi padre también vivieron allí pero parece ser que por el treinta y pico mi padre se marchó para vover casi cuarenta años después. Desde niño escuché la historia de los Hermanos Islas y de Constantino como parte de mi familia (hecho que no he comprobado). Si el señor Libonati quiere comunicarse conmigo estaré muy feliz de poder responderme a tantos años de inquietudes respecto a mis historias familiares.
Gracias. La nota me emocionó tanto que me hizo escribir esto.
Elpidio Isla
Me emocioné completamente al leer esto. Vivo en la ciudad de Bragado y este teatro es un orgullo para todos los bragadenses. Por suerte este año comenzó su reconstruccion. Gracias por transmitir esa sensación tan extraña que produce al leerlo. ¡Lo felicito, señor!
Daniel
- La Virgen de los retretes
- Por Xavier B. Fernández
- Cuento • 2.784p • Castellano
- El tiempo recuperado / Febrero 2010
«¿Te conté que una vez se apareció la Virgen en el lavabo de caballeros de El Molino?—No, Matilde. ¿Cuándo fue eso?
—Poco después de la guerra, en el 48, o en el 50, por ahí. ¿Quieres que te la cuente?...»
Claves: coro, chicas, caballeros
- Si volvieran los dinosaurios
- Por Orlando Mazeyra Guillén
- Cuento • 1.080p • Castellano
- El tiempo recuperado / Marzo 2010
«La gentuza y la gente —aunque intuyo que ambas son la misma cosa— creen que somos como los dinosaurios. Quiero decir que, tanto en la calle, en el estadio, la taberna o en la biblioteca, se piensa que estamos extintos, que somos cosa del pasado, que desaparecimos para siempre como las manchas de la viruela, los gigantescos mamuts siberianos y los aterradores vikingos que gobernaban los mares. Pienso que si el (in)mundo no estuviera tan deschavetado —enfermo de mentiras y espejismos insolentes que se burlan de natura— debería de ser así. Pero no. ¡Existimos! Todavía los habemos y somos como una especie de logia masónica, pero más refinada, solariega, exclusivísima y multimillonaria como pocas... o como ninguna...»
Claves: mundo
- Carolina Dalfiume
- Por Daniel Mundani
- Cuento • 2.421p • Castellano
- El tiempo recuperado / Marzo 2010
«Sé muy bien lo que digo porque fui maestro de escuela casi cuarenta años. Venir a la casa de los abuelos te hace bien. Caminar juntos las habitaciones, abrir ventanas, roperos y cajones de escritorio, mirar antiguas fotografías, pacificar recuerdos, hablar sin miedo a esos entrañables fantasmas. Te conozco: las manos acomodan el banquito, tus ojos me siguen agrandados por colores y paisajes de otro tiempo. Y siento que la historia simple de Carolina es para vos siempre nueva, como pancito tostado con ajo y aceite de oliva, incomparable, indefinible. Como la voz de Ada Falcón, como la cupecita Ford 40 que tuvimos. Cosas que la modernidad dejó de lado para correr tras lo novedoso, sin reemplazarlas por otras mejores. Ya no existe el misterio para el hombre común (doliente cautivo de las autopistas, de la televisión, de las hipotecas, del aburrimiento) y los tibios aromas de su mesa hogareña fueron desplazados por el hedor a cartón y grasa del delivery. No sé si sabés que para diferenciarse de los pobres, algunos pocos y poderosos (esos que trotan las alamedas llorando agua mineral, que montan gélidas bicicletas por caminos vecinales de tierra) intentan cocinar los domingos en casa. Pero crispados de inseguridad, rodeados de policía privada y ovejeros alemanes, sólo engendran, ay, trémulas mollejas al verdeo, pálidos matambres a la leche. Nadie confiesa —todavía— su sincera nostalgia por el puchero en el patio, por las ollas de la sensatez, por el pingüino de tinto...»
Claves: casa, años
- Bola Luna
- Por Tina Escaja
- Cuento • 4.238p • Castellano
- El tiempo recuperado / Marzo 2004
Recuperamos un antiguo relato de Tina Escaja, ganadora del Premio de poesía Dulce María Loynaz y vieja colaboradora de Badosa.com bajo el seudónimo de Alma Pérez. Esta narración fue finalista del IV Premio Internacional Ana María Matute de Narrativa de Mujeres (Madrid: Torremozas, 1995).
«Aquel viernes no teníamos mucha faena. Nos limitamos a los encargos, y a la parte más interesante de ellos: la distribución a domicilio. Por ser la más pequeña, por lo general me tocaba a mí esa actividad, cosa que yo disfrutaba en la medida que me permitía gozar brevemente de la luz del día...»
Claves: ojos, pollo, mercado
M’ha agradat molt poder llegir l’obra Bola Luna d’Alma Pérez, en la qual es fa una bona descripció de l’ambient barceloní dels mercats i de les vicisituds que passen moltes persones sovint ignorades en literatura. Un relat realista i entendridor, molt ben escrit. Felicito l’autora.
Guillermina
- Los rostros del pasado
- Por Evelyn Aixalà
- Cuento • 1.290p • Castellano
- El tiempo recuperado / Agosto 2004
Un cuento de la catalana Evelyn Aixalà sobre el reencuentro con el pasado. Basado en una historia real.
«Tina prepara un ramo frondoso con las flores del jardín. Es abril y se pueden ver de todos los colores. Las selecciona cuidadosamente con sus manos curtidas por la tierra. Después las coloca en un jarrón con agua y una aspirina para que se conserven durante más tiempo. Se seca las manos en el delantal y abre el contraviento para que entre el sol. Los rayos inundan el salón que se despierta de su letargo...»
Claves: día, madre, casa
De entrada quiero felicitar a Eve por este nuevo relato que no había leído, donde, como muchas otras veces, me ha vuelto a dejar ver lo importante que son los recuerdos. Noto cuando alguien o algo me gusta en los botes que da mi duende interior por alguna de sus características, en este caso lo que cuenta y cómo lo cuenta, lo cual si te lees cualquiera de los relatos escritos por Eve verás que no es casualidad y puedes tener por seguro que cuando acabas cualquiera de ellos no eres la misma persona que lo ha empezado a leer. Espero que continúe agradeciendo esa habilidad y que pronto pueda tener noticias de su primera novela, porque no dudo de que en un relato largo sea capaz de mantener la intensidad que me alborota cuando, a través de sus palabras, nos relata -su- historia de los hombres. Simplemente gracias y hasta pronto.
Anónimo
- Atardecer en el Paraná de las Palmas
- Por Esteban Lijalad
- Cuento • 814p • Castellano
- El tiempo recuperado / Junio 2005
«No sé si ustedes lo recordarán, pero yo se lo puedo asegurar: no había en el mundo un frío como el del río Tigre de madrugada. Un frío húmedo que subía con la neblina desde las aguas oscuras, llenando el aire con olor rancio de aceites y maderos viejos...»
Claves: yo, río, lancha, todo
¡Qué lleno de nostalgia! Recuerdo el paisaje. Me contagió.
Livia
- Entre mar y montaña
- Por Cristian Rubio Villaró
- Cuento • 1.462p • Castellano
- El tiempo recuperado / Noviembre 2004
«El ruido cesó y las Atarazanas Reales de Barcelona quedaron en silencio. Los defensores observaban sin creer que aquella turba furiosa perdiera el valor justo entonces, cuando ya no quedaba munición y los hombres no tenían fuerza ni para sostener el mosquete. De repente un zumbido precedió la brutal explosión que desmembró la puerta en un millón de hirientes astillas, sembrando de terror el parapeto defensivo...»
Claves: virrey, conde, cuerpo, rostro, capitán
- La muerte que hace días esperábamos
- Por Evelyn Aixalà
- Cuento • 2.194p • Castellano
- El tiempo recuperado / Septiembre 2005
Un ajuste de cuentas con el pasado de una mujer a las puertas de la muerte. Un relato de Evelyn Aixalà.
«Vine a Befaro porque me queda poco tiempo para morirme, quizás sean meses o días. No necesito que Dios me perdone nada. No creo en la salvación...»
Claves: casa, pueblo
- Aroma de neroli
- Por Nora Bouhorma
- Cuento • 4.270p • Castellano
- El tiempo recuperado / Diciembre 2004
Un niño acaba de perder a su padre. Un cuento costumbrista de Nora Bouhorma.
«El niño come la naranja, traga los gajos enteros, mastica con premura, con una ansiedad que no le permite saborearla. El zumo le baña la barbilla, con el dorso de la mano lo recoge, lame el líquido y se mete el último gajo en la boca abierta. Frota sus pegajosas manos sobre el corto pantalón de tergal azul, escupe las semillas despidiéndolas a favor del viento que le alborota los oscuros rizos...»
Claves: niño, amigo, padre, madre
Es maravilloso leer una obra costumbrista, pues es lo que necesitan nuestros jóvenes para no perder la identidad. Es como el relato de los primeros juglares, cuando boca a boca transmitían las tradiciones. Mis más sinceras felicitaciones.
Prof. Correctora Literaria Hilda Lucci
Querida Nora, tu literatura ha ido crecido por entre las calles de tus recuerdos con enorme eficacia. Logras que reconozcamos una ciudad imaginada intuyendo que un día la recorrimos, olores penetrantes del sur soñado, el dolor y alegría de la vida corriente. Y en este contexto, cruza desapercibido el deseo, desviado, oculto, no admitido por una sociedad que se pliega sobre sí misma. Valiente.
Juan Ignacio Robles
- Chismes y alacranes
- Por Georgina Wilson González
- Cuento • 1.177p • Castellano
- El tiempo recuperado / Enero 2006
«En el pueblo tenemos alacranes de los más venenosos del país. Pero si uno los deja al sol, se secan. Cuando éramos niños, Tarzán y yo los buscábamos entre las piedras y los metíamos en un frasco de vidrio con agujeros en la tapa...»
Claves: pueblo, casa, raza, mamá
Me encantó. Disfruté mucho de la historia. Y, sobre todo, del sabroso castellano de la autora.
Octavio
- El mercader
- Por Esteban Lijalad
- Cuento • 973 • Castellano
- El tiempo recuperado / Octubre 2009
«En ese tiempo dejé de ser una sombra y me convertí en hombre. Antes huía de mi Señor y de los curas que querían obligarnos a morir atados a la tierra. Yo prefería vagar por los bosques, comer frutos silvestres y orinar cantando a las estrellas. Claro que eso me convertía en un vago peligroso, en un hereje y en un bandido a los ojos de los señores. Pero yo prefería ese riesgo a vivir en las inmundas chozas campesinas, junto a gansos y cerdos, teniendo que labrar cuatro días en las tierras del Conde y sólo un par de días en las propias. La gente moría a los veinte o treinta años, rodeada de mugre, chicos descalzos y malos aires...»
Claves: gente, veces, señores, paños
- Cuero de chancho
- Por Orlando Mazeyra Guillén
- Cuento • 1.016p • Castellano
- El tiempo recuperado / Octubre 2011
«—Toma —me dijo él—. Es de cuero de chancho.Cuando cumplí diez años, mi padre por fin me regaló una pelota de fútbol. Parecía torpemente barnizada y los colores de sus paños me resultaban algo chocantes. Sin embargo, mi alegría no cabía en la alcoba...»
Claves: fútbol, pelota, padre