Mariano Lucio era nuestro asesor sexual. Tenía un par de años más que nosotros y un cierto éxito entre las muchachas, que él naturalmente exageraba sin ningún pudor. Lo que más nos llamaba la atención de sus relatos eran ciertos conocimientos técnicos de anatomía femenina que lindaban claramente con lo veterinario. Por ejemplo, sugería la posibilidad de dividir a las mujeres en tres grandes grupos: blancas, retintas y moruchas. Y a cada uno de estos grupos le asignaba un determinado comportamiento erótico. Así, la mujer blanca era menuda y tímida, generalmente estrecha y con las tetas como las perras, es decir, caídas y de punta, con los pezones rosados y grandes. Si uno conseguía llevarse a una a una calleja o al reservado de la discoteca, debía saber que nunca podría pasar de besos sin lengua y de magreos en la zona alta, nunca en la entrepierna. Esta mujer era recelosa y rencorosa, porque buscada, ya en su tierna pubertad, un novio al que, con el tiempo, hacer marido. La mujer retinta, en cambio, era más redondeada de formas, más corpulenta y con las tetas grandes y redondas, los pezones marrones y una marcada frivolidad, lo que la hacía calentona y excelente pajillera. Era accesible y no comprometía después a sus amantes con responsabilidades o asuntos de respeto. La mujer morucha, la del tercer grupo, era la más dulce y la más peligrosa. También menuda, pero de tez oscura y con las tetas pequeñas, de pezones negros y siempre erectos, consistía su peligro en que su trato casi siempre conllevaba algún lío con un novio despechado, un padre alcohólico o una madre desquiciada que le podían llegar a provocar frecuentes accesos de llanto y aun de histeria en plena faena. Cuando iban bien las cosas era la mejor en el sexo, pero uno debía tener siempre presente el precio que estaría dispuesto a pagar.
Las historias del Lucio nos tenían asombrados de nuestra ignorancia y andábamos todo el día mirando de reojo a las chicas con interés de zoólogos para ver en qué puñetero grupo metíamos a cada una. Luismi incluso empezó una especie de archivo de muchachas en donde iba anotando aquellos rasgos de cada una que podrían coincidir más o menos con los descritos por nuestro asesor naturalista. Pero, de todas las cosas que nos contaba, había una que, naturalmente sin confesárnoslo, nos tenía la entrepierna en un puño. Decía el afamado explorador del sexo femenino, Mariano Lucio, que la mayoría de las vaginas tenía vida propia e independiente de sus propietarias. De tal manera que, en presencia de un mozo placentero y marcadamente seminal, comenzaba la vagina a contraerse y expandirse libremente al tiempo que se lubricaba por si las moscas. La intensidad de este movimiento de sístole y diástole uterino era inversamente proporcional a la voluntad del cerebro, y, así, las mujeres más estrechas sufrían los más frecuentes ataques de su propio sexo, que, al ser advertidos, provocaban enorme turbación e incluso influían en la forma de caminar, por lo que era relativamente fácil, para un observador avezado, detectar la presencia en las cercanías de un coño propicio y reivindicativo. Decía Lucio que entre este fenómeno y el hecho comprobado de que las mujeres van a mear por parejas había una relación, pero que todavía no había podido establecerla a ciencia cierta. Aquella fue sin duda la mayor fábula que nos colocó el Lucio, pero, por unos días, y mientras se desentramaron las brumas del engaño preguntando tímidamente aquí y allá, e incluso consultando la Durvan y la Espasa, vivimos, cada uno en secreto, el intenso temor de que lo que habíamos imaginado como vaso idóneo no era sino fiera voraz, insaciable y autodidacta.
Copyright © | José Preciado, 1996-1998 |
---|---|
Por el mismo autor | |
Fecha de publicación | Diciembre 1998 |
Colección | El tiempo recuperado |
Permalink | https://badosa.com/n045-03 |
Este texto (El Bala), así como todos los que se refieren a esta misma época/grupo de amigos, es de una muy agradable lectura. Consigue hacerte recordar tus tiempos de juventud (si tienes entre 45 a 55 años).
He observado que no hay nuevos relatos ni poemas de este autor y creo que muchos lectores estaríamos interesados en seguir su trayectoria. Transmite vida y habla de sensaciones desnudas e inmediatas, sin la barrera de las palabras.
Me encantaron tus relatos, que mezclan literatura con el más actual costumbrismo y realidad, embebido en estructuras multiformes sonoras y policromáticas. Un saludo de un poeta local... de Hellín (Albacete).
Además de opinar sobre esta obra, también puede incorporar una fotografía (o más de una) a esta página en tres sencillos pasos:
Busque una fotografía relacionada con este texto en Flickr y allí agregue la siguiente etiqueta: (etiqueta de máquina)
Para poder asociar etiquetas a fotografías es preciso que sea miembro de Flickr (no se preocupe, el servicio básico es gratuito).
Le recomendamos que elija fotografías tomadas por usted o del Patrimonio público. En el caso de otras fotografías, es posible que sean precisos privilegios especiales para poder etiquetarlas. Por favor, si la fotografía no es suya ni pertenece al Patrimonio público, pida permiso al autor o compruebe que la licencia autoriza este uso.
Una vez haya etiquetado en Flickr la fotografía de su elección, compruebe que la nueva etiqueta está públicamente disponible (puede tardar unos minutos) presionando el siguiente enlace hasta que aparezca su fotografía: mostrar fotografías
Aunque en Badosa.com no aparece la identidad de las personas que han incorporado fotografías, la ilustración de obras no es anónima (las etiquetas están asociadas al usuario de Flickr que las agregó). Badosa.com se reserva el derecho de eliminar aquellas fotografías que considere inapropiadas. Si detecta una fotografía que no ilustra adecuadamente la obra o cuya licencia no permite este uso, hágasnoslo saber.
Si (por ejemplo, probando el servicio) ha añadido una fotografía que en realidad no está relacionada con esta obra, puede eliminarla borrando en Flickr la etiqueta que añadió (paso 1). Verifique que esa eliminación ya es pública (paso 2) y luego pulse el botón del paso 3 para actualizar esta página.
Badosa.com muestra un máximo de 10 fotografías por obra.