Estábamos Peter y yo allí sentados, en el banco, tomando el sol, cuando aquella señora de cabellos grises se nos acercó.
—¡Peter! ¿Eres tú, Peter? —venía gritando.
Peter dijo: «oh, oh», dio uno de esos increíbles saltos suyos —podía saltar tan alto, y con tan poco esfuerzo aparente, que parecía que volara — y desapareció entre la espesura de los arbustos de flores.
Entonces pensé que la dama de los cabellos grises sería su madre, o su abuela, más probablemente. O quizá su tutora, en todo caso el adulto bajo cuya patria potestad estaba hasta que escapó. Fuera quien fuese, llegó a mi lado jadeando por el esfuerzo de correr tras Peter.
—¿Estás con él? —me dijo— ¿Sabes dónde ha ido?
—Yo no sé nada —respondí.
—Oh, sí, claro, estoy segura de que no. No has visto nada, no has oído nada, y por supuesto no dirás nada, como los monos del proverbio. En fin, ¿no te importa que me siente aquí, a tu lado? Necesito recuperar el aliento.
Me encogí de hombros.
—Haga lo que quiera —dije.
—Gracias. Vaya, es un bonito muñeco. Apuesto a que lo has hecho tú.
—Apuesta ganada.
—¿Tiene algún nombre?
—Se llama Paddy.
—Muy adecuado. ¿Y tú, tienes algún nombre?
—Claro.
—¿Cuál, si puede saberse?
—Me llamo Gwen.
—¿Gwen, como Gwendoline? Entonces te llamaré Wendy.
—No me gusta que me llamen Wendy.
—¿Por qué?
—Porque apesta. Es un nombre terriblemente cursi.
—¿De veras? Pues a mí me parece un nombre muy bonito. Mi abuela se llamaba Wendy. Pregúntale a Peter, él la conoció.
—¿Sí? —no me lo podía creer. ¿Peter conocía a su abuela? Su abuela debía tener mil años— ¿Su abuela no sería un poquito cursi, quizá?
—Bueno, quizá sí —rió—. Peter también conoció a mi madre. Se llamaba Jane. Pregúntale por Jane, y verás. Ah, y yo me llamo Margaret, y ése sí que es un nombre cursi.
—No, está bien —dije, pero mentía. Ella sí que era cursi, con su retintín de abuelita de cuento de Navidad. Aunque tenía cierto encanto, no lo podía negar. Como la abuela que una siempre había querido tener.
—¿Es usted la madre de Peter? —le dije de pronto.
Ella se quedó pensativa. ¿Por qué? Era una pregunta muy sencilla. Sólo había dos respuestas posibles: sí o no.
—En cierto modo lo soy —dijo por fin—. O lo fui.
—Peter dice que las madres son...
—Unos seres muy sobrevalorados. Lo sé, lo sé. Pero tú, ¿qué opinas tú?
—¿Sobre qué?
—Sobre las madres. ¿Qué opinas? ¿Lo mismo que Peter?
—No sé.
¿Tienes madre?
—No.
—¿La has tenido alguna vez?
—Sí, pero murió... Cirrosis hepática.
—Oh. ¿Bebía mucho?
—Mucho.
—Y ahora, ¿quién cuida de ti?
—Peter y los chicos.
—¿Qué chicos?
—Los hijos de Margaret Thatcher.
—¿Los hijos de...? ¿Os consideráis hijos de esa bruja nazi?
Margaret estaba realmente horrorizada de nuestro nombre de guerra. Como supe después, militaba en el ala izquierda del Partido Laborista. Y en cualquier causa perdida que se le pusiera a tiro: contra el apartheid en Sudáfrica, contra la dictadura de Pinochet en Chile, contra la energía nuclear, a favor de los mineros galeses, a favor de los derechos de los inmigrantes, a favor de los homosexuales, los negros, las madres solteras... Y, por cierto, le molestaba sobremanera tener el mismo nombre de pila que la bruja del este. O, como ella decía, que la bruja del este tuviera la desfachatez de tener su mismo nombre de pila.
—Es sólo el nombre de nuestra banda. No es que seamos sus hijos de verdad, claro.
—¡Sólo faltaría! Así que sois una banda, ¿no? ¿Y dónde vive la banda?
—Aquí —hice un gesto amplio que abarcaba el césped circundante, los árboles, los macizos de flores, la cercana estatua del niño fauno y una pareja de americanos gordos que paseaban con sendas cámaras fotográficas colgadas de sus cuellos en forma de salami.
—Sí, claro —dijo Margaret—. Conociendo a Peter, sabía que no podríais vivir en otro sitio.
—¿Su madre en cierto modo?
—¿Eh?
—Es lo que usted ha dicho antes. Que en cierto modo ha sido su madre. ¿Cómo se puede ser madre en cierto modo? O se es o no se es.
—Bueno, Peter es una especie de herencia familiar. Mi abuela Wendy la inició, ella fue la primera madre de Peter, cuando tenía quince años. Cuando mi abuela tuvo una hija, mi madre Jane, le dejó a Peter en herencia. Y ella a su vez me dejó a mí a Peter en herencia, cuando cumplí los quince años. Pero yo, por desgracia, no he tenido hijos, y en consecuencia no he podido conservar esa herencia, porque no he podido traspasársela a nadie. Así que un día vi a Peter salir volando por la ventana, como el dulce pájaro de juventud.
Entonces no entendí absolutamente nada de toda esa cháchara. Pensé que Margaret era otro solterona chiflada, como hay tantas en Inglaterra: mujeres frustradas por haber fracasado en lo que les habían inculcado era el destino de toda mujer en la vida: cazar un buen marido, tener hijos, formar una familia. Las que fracasaban en ese cometido acostumbraban a volverse seres excéntricos, aficionadas a alimentar gatos abandonados, asistir a sesiones de espiritismo y organizar comités para prevenir la crueldad contra los animales. Algunas se iban a veranear a España con el secreto deseo de tener una aventura sexual con un torero, o se inventaban historias sin pies ni cabeza como aquélla. Entonces comprendí por qué Peter salió huyendo nada más ver a Margaret. Yo habría hecho lo mismo, de haberlo sabido.
—Bueno, señora —dije—. Todo esto es muy interesante, pero yo me tengo que ir. Debo reunirme con Peter, ¿sabe?
—Claro —dijo ella—. Ya nos veremos.
Y, dándome toda la prisa que podía sin que se me notara demasiado, recogí a Paddy y la manta y me fui. Margaret se quedó sentada en el banco, contemplando ensimismada la estatua del niño fauno. Eso fue lo que vi cuando miré por encima del hombro, mientras me alejaba de allí.
Copyright © | Xavier B. Fernández, 1994 |
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Por el mismo autor | |
Fecha de publicación | Julio 2000 |
Colección | Narrativas globales |
Permalink | https://badosa.com/n091-04 |
El libro de Xavier B. Fernández, Kensington Gardens, me ha parecido francamente bueno. Creo que refleja muy bien el underground londinense de aquella época. Su estilo es directo, claro, coloquial, al tiempo que muy cuidado. Yo viví en Londres en aquella época durante algún tiempo, y he visto magistralmente retratado ese ambiente de cierta marginalidad que narra la novela. ¡¡Enhorabuena, Xavier!!
He disfrutado mucho de la calidad literaria y el uso de la mitología “Neverland” del autor... ¡¡y todo ello gratis!! Ha sido un lujo, recibe mis felicitaciones.
Es la primera vez que leo un ebook y lo hice por recomendación de la revista La mosca que se vende aquí en México, y mira justo en esta etapa en la que empiezo a cambiar mis actividades estáticas por algo que de verdad me guste hacer pues me encuentro con la recomendación de este ebook que así sin pretender una supercrítica sino un comentario simple y que me nace debo decirte que me has dado una mañana diferente a las que he tenido durante este último año, tuve un momento de imaginación y me entretuve fascinada viendo a los personajes de Kensington Gardens y al final entendí que Peter tenía que buscar a Gwen pues alguien tiene que quedar en lugar de Margaret si no después quién cuidará de los niños, si no después ya no habrá niños, pues Peter me encontraste y no dejaré de buscar a mi niño que se guardó hace algún tiempo y hoy lo encontré,
Este libro me encantó, está absolutamente genial, aunque el final es algo melancólico. Más si uno está en el movimiento. Pero me gustó mucho y lo he recomendado por todos lados. De hecho acabo de hacer una reseña.
Yo sólo soy una aficionada a la lectura de tan sólo 17 años, y he leído la primera versión, la de J.M. Barrie, y me ha parecido comparándola con la versión original, bastante realista. Me ha gustado bastante y me ha tenido super engachada (aunque un poco borde). Me ha gustado la manera de describir la época punk mezclándola con cosas de la otra versión, me ha parecido una manera muy original. Pero lo malo en mi opinión es que creo que sería mejor dejar de ser versiones de esa obra tan maravillosa que nos dejó J.M. Barrie porque PETER PAN pasará a la historia como aquel niño tonto y engreído que no tenía madre, y es mejor dejar la historia como la dejó aquel maravilloso autor J.M. Barrie.
¡Simplemente mágico! Gracias por darnos la oportunidad de disfrutar de esta maravilosa historia.
Hace un año aproximadamente leí la versión novelada de James M. Barrie (Peter Pan), mucho antes que esto tuve la dicha de ver Finding Neverland y toda esa magia en imágenes y música me capturaron. Como muy pocos sabemos la versión original nace de una obra teatral. Este año he leído muchos cuentos y obras clásicas adaptadas de acuerdo con el contexto que vivimos o estamos viviendo, Kensington Gardens no es la excepción. Xavier B. Fernández retoma la historia del niño que se niega a crecer e integrarse a un mundo tan nefasto, tan agobiante, tan claustrofóbico, más temible que esos monstruos de los cuentos y leyendas que nos narran nuestros padres o que los maestros nos recomiendan leer. Cuando leí la obra de Barrie odié a Peter Pan: el "niño" es un ser ególatra y chauvinista, realmente el motivo por el cual se lleva a Wendy es para que ella sea la madre que lo(s) cuide, le(s) dé medicina, le(s) cuente historias, lo(s) arrope, etc... y lo logra bajándole la luna, las estrellas, las hadas y las sirenas a una ilusa Wendy. El personaje de la obra de Xavier B. Fernández no queda exento de esto, la única diferencia es que los cuidados maternos son sutituidos por la venta de narcóticos, los niños perdidos lo ven tan común y corriente como quien vende un chicle o un hot dog.
Hay en toda la novela algo que me llamó curiosamente la atención y que me permito citar: "... el punk empezó a degenerar de movimiento contestatario a moda juvenil domesticada" (pág. 54) Como todos sabemos, aquí en México hace unos meses hubo manifestaciones que derivaron en violencia contra un grupo de chicos autodenominados EMOS. Estos últimos personajes se han convertido en blanco de la mercadotécnia. De hecho muchos movimientos juveniles terminan de esa forma como ocurre y se señala en la obra. La novela es excelente, realmente uno puede dejar de envejecer si hace todo lo posible por mantener vivo al niño interno, aferrarse a un punto de la vida es tan absurdo como querer que el sol nunca se esconda o que todos los días sean quincena. Hay mucho más que destacar de la novela, como la postura que adopta la ex primer ministro Margaret Thatcher, postura que incluso un país como México aplica o cualquiera que crea que ignorando o manteniendo con limosnas a los más pobres vamos a acabar con la pobreza: es absurdo; las referencias histórico-filosóficas con relación al tiempo y su inminente paso, la cita del cuadro de Goya, sin duda la más terrible de todas, la imagen grotesca del hombre-viejo devorando al hijo-joven o en todo caso, el tiempo devorando a los ilusos y efímeros humanos. Realmente como pueden darse cuenta, la novela me ENCANTÓ.
Acabo de descubrir la página y me da un gusto enorme seguir esta lista de opiniones después de uno de los mejores profesores que pueda conocer; sin duda alguna es admirable. Ahora que termino la prepa puedo decirlo. Es increíble que hace sólo unas semanas él en las aulas de la escuela compartía emosionado conmigo todos estos comentarios, los gustos y disgustos que encontró tanto en la novela de James M. Barrie como en la de Xavier B. Fernández, y ahora todo esto lo encuentro aquí.
Y es que este gran maestro fue quien me recomendó esta fantástica novela, la cual puedo decir que ahora forma parte de mis libros favoritos. Peter es y será por siempre el personaje ideal para mí, y el hecho de encontrarlo en un ambiente totalmente diferente y al mismo tiempo semejante a Nunca Jamás es estupendo. Con esta novela pude sentir a Peter cerca, por absurdo que pueda parecer. Entre peleas y movimientos punk pude acercarlo a lo que es mi realidad, la realidad de los jóvenes de ahora; y también logré entender algo a lo que quiza nunca presté atención: al cocodrilo que persigue a su presa... el tiempo que nos devora en realidad. En conclusión, ha sido la mejor aventura que he podido vivir entre las páginas de un libro; y claro, mejor aún si voy acompañada de Peter, Wendy y los niños perdidos.
Me pareció excelente este libro. Puedo decir que hasta cambió mi manera de pensar, y es que como no me había puesto a pensar cómo cambia todo: el tiempo, la vida, el amor. Sospechar que hoy tu vida puede ser cualquier cosa, o más bien verte al espejo, observarte fuerte, con un brillo en los ojos, el pelo negro (o de cualquier color, no importa), y mañana descubrirte viejo y cansado. A mis escasos 15 años lo he visto y no sólo eso, también a aquel cocodrilo acechador en busca de la vida, de mi vida. Es impresionante la cantidad de pensamientos que ahora tengo. En fin es muy recomendable este libro. Bye.
Me parece un excelente libro. En verdad que me encantó la obra: es toda muy buena y habla del punk y de mi banda favorita The Clash pero, aparte de eso, sinceramente, es mi libro favorito.
En realidad para mí es el mejor libro que he leído... Me pareció muy importante la forma en la que se desarrolla la historia... Es increíble cómo pasa el tiempo (TICK TACK LO RECUERDO) y cómo podemos vernos hoy sin compromisos "libres" y con todas las fantasías que podemos imaginar en nuestra cabeza. Gracias al escritor Xavier B. Fernández por esta edición tan expectacular... Saludos...
Me ha parecido una buena adaptación, quizá un poco forzada para hacer coincidir algunos detalles pero honesta al fin. Ha desarrollado en mí un nuevo temor por los cocodrilos/relojes, je je. Gracias.
Bravo, no tengo palabras para expresarlo. Me ha encantado y me habría gustado k hubiera sido más largo y que hubiera habido más aventuras pero, como dice Gwen, lo bueno siempre se acaba...
Y parecerá que es una opinión que sólo habla bien de su historia pero es que tengo 14 años y Peter Pan es mi personaje favorito de dibujos animados y de libro por supuesto. Me ha encantado, hasta he llorado, en el último capítulo: la melancolía de no volver a ver más a Peter, de no disfrutar más de la vida de que se termina, eso sólo dura eternamente para un niño...
Yo lo leí como parte de un trabajo escolar y me encantó. Lo leí tantas veces como pude y se lo recomendé a una amiga (Ilse) a la cual también le encantó. Es un libro que en mi opinión te pone a imaginar incluso. Gracias a este libro he escuchado a Sex Pistols que es uno de los grupos mencionados en el libro, y al oso de peluche que me regaló Ilse le pusimos "Paddy".
pues este libro esta es demasiao interesante tiene mucha tematica, yo lo lei porque tenia en la escuela que leer un libro y si mne dijeran que cual a sido mi libro favorito o con cual m fanatizo mas seria este porque en algunas partes me identifico con la lectura de wendy y en otras con la de peter punk es reconmendable este libro bueno en mi parte esta demasiado interesante
en realidad es la mejor novela que he leido en la forma en que se narra las imagenes todo es increible todo lo que te imaginas en verdad increible esta padricima
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