En Madrid se ha hecho sitio el calor seco del verano. Lena llega temprano al local. Mariano está en la barra, su espalda parece cargar con un peso que supera su resistencia. Lena se acerca y lo besa y él le pregunta, como saliendo de un trance, si no se ha enterado de la noticia.
—¿Qué noticia?
—Han descubierto el esqueleto de un niño en la calle Amor de Dios.
—¡Jesús, Mariano! ¿Qué dices?
—Han excavado los del gas o no sé quienes y ha salido un esqueleto bajo la acera.
A Lena se le ha quedado la boca seca. Ha escuchado un ruido de golpes secos y mortíferos gorgoteos y se ha visto suspendida sobre la oscuridad mezquina de un abismo de juguete. Ya ha pasado. Ha estado a punto de marearse. Culpa de su confusión a Mariano que con tanto patetismo la ha sugestionado.
—Y eso qué importa, Mariano, tienes una forma de contar las cosas... Sabe Dios los años que llevaría, en qué época moriría ese niño...
Que duquelas más grandes a mí me llegó, malhaya sea estos pasitos que esta gitana dio... Lena le ha pedido al cantaor siguirillas de Triana. Pensaba bailar esta noche por soleares pero en el último momento ha cambiado el palo. Le ha costado relajar el cuello, pero al final ha logrado ofrecer un espectáculo bravo y tenso, refugiada la fatalidad, en el patetismo que trasmite el cante. En la barra está Julio, tira un beso y guiña el ojo. Está contento, se le nota en la sonrisa. Lena se ducha rápidamente. Desea abrazarlo, caminar con él, escuchar sus bromas.
Cuando se acercan al portal descubren al perro callejero dormitando, como de costumbre, sobre el capó de un coche.
Lena le dice a Julio que entretenga al perro y sube a su casa a por el collar de cuero. Entre los dos se lo colocan al animal.
—Es perra —murmura Julio mientras lo sujeta, y añade pensativo—: Sobre el coche tan blanco parecía un montón de turba arrojado a mala idea.
Lena ha ajustado el cuero en la garganta peluda del animal. Lo mira satisfecha y, después, del brazo de Julio le dice adiós. El perro los observa desde la acera con el rabo bajo, como meditando sobre el significado de una ceremonia en la que sin pretenderlo ha resultado protagonista.
Copyright © | Ana María Martín Herrera, 2009 |
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Por la misma autora | |
Fecha de publicación | Abril 2010 |
Colección | Narrativas globales |
Permalink | https://badosa.com/n327-08 |
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