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Maldiciones matemáticas

Olalla San Isidro
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...el Gran Libro de la Duda.
Pedro Shimose
1.
Va pasando las páginas
del viejo libro
                     con yemas de hielo.
La mujer de las alas tristes
            y el escalofrío en el estómago
gime en la tinta
descascarillando esperanzas
            con la leyenda del miedo.
La mirada se le adelgaza con el viento.
Su tacto se desintegra en el frío.
La mujer de la sonrisa violada
teje besos
              cuidadosamente
para el amante pétreo
de labios ausentes
como desiertos de vidrio.
Los pechos le caen con las nubes de la tarde.
Los minutos viscosean en su tráquea.
La mujer herida de granizo
no sabe si espera
             una línea
             una voz
             un silencio
             un algo
                        una Nada.
2. 0x0
Me tiembla el frío en las pupilas
mientras los ceros se agolpan
vastamente
en el vértice del beso.
Los labios me lloran
en el color de la muerte
mientras musitan alientos breves
sobre infinitas alas mutiladas.
La carne se me pudre
en un llanto desértico
bordado a fierro
entre cifras huidas,
           negativos
                   ecuaciones baldías
                            palabras en el número abortadas.
Me vomito a mí misma
en todos los ceros
sangrantes que configuran
el humo envenenado
de la esperanza.
3. a-a=0
Configurado en el número
flotas con alas de fierro
sobre los erosionados límites
                                               de mi palabra.
Te adhieres a la ecuación
maldita de mi presente
para huir con sus términos
y sus cifras,
arrugando papel
                           rompiendo tintas
abandonándola
              inconclusa.
Tengo vocación intrínseca
de cero a la izquierda,
de cifra fallida
                        en imposibilidad matemática.
4. 0 Infinito
Mi último acto
es fallar
             en la cifra y la palabra.
Quedar atrapada
en la circunferencia del cerO
desangrándome entre
las aristas de los verbos.
Mis gritos los tengo encerrados
en el aire de mi puño:
in
   visibles
in
   tangibles
im
   posibles,
           como yo.
5. Infinito=0
Teñida por la angustia
De existir re
                    tum
                          ban
                                do
en una maldecida soledad,
voy rebuscando las esquinas
tras versos imposibles;
Versos de lo que sea,
            de cal
                      de sangre
                                     de sal.
Versos que me enjuaguen
esta soledad malditamente
inscrita en el castigo del
                                       cero.
—Gracias por haberte querido
                                               tanto.
—Fue un placer regalarte mi alma
                          (lástima que no fuese ni de tu gusto ni de tu talla).
—La intención es lo que cuenta
                          para Nada.
6. +Ô
Puedo contar
—¿acaso no es lo más apropiado?—
los días mínimos
de tu amor de fórmula;
las horas breves
en las que viví
tu ecuación de términos equivocados.
x jamás fue igual a y
y z no mereció la pena.
Mi mente de alfabeto
me hizo creer
en ti.
Ilusa creyente de imposibles.
Engañada
por la misma costumbre de la vida
caigO
        hasta el fondO
                             del cerO.
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Copyright ©Olalla San Isidro, 1999
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Fecha de publicaciónAgosto 1999
Colección RSSSinéresis
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