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Javier | Javier | |||||||||||||
Iñaki | Iñaki | |||||||||||||
Paco | Paco | |||||||||||||
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¿Por qué?, ¿por qué me escribiste esto? ¿Es que tenías que creer a pies juntillas todo lo que te dije en cada momento? ¿Es que no se puede hablar sin que cada palabra sea registrada en el cerebro para luego reprocharlo un día y otro día, ¡y otro, y otro más! Por eso contesté a tu carta con otra, con toda la ira y la mala leche del mundo, para que te dieras cuenta del vacío que tenía dentro de mí. Sí, cogí un DIN A3 —me lo reprochaste siempre—, uno de esos enormes que son como dos folios juntos. ¿Dónde está?, ¿dónde está la copia? ¡Aquí!, es como una sábana blanca, ¿verdad? Te dolió, lo sé, sábana blanca y un mínimo texto en el centro para que vieras lo poco que me importabas. ¡Voy a colgarlo aquí!, ¡frente a mi cama!, para verlo siempre que me acueste y dormirme cada noche con la convicción de que lo que hice estuvo bien, te lo merecías.
Isabel:
1º Acuso recibo como pides. Por cortesía.
2ºDoy por terminado este juego. Al leer tus líneas he tenido la sensación de estar en un planeta diferente.
3ºAsumo mi culpa si alguna de mis expresiones o manifestaciones han dado origen a este embrollo desagradable, por lo que te pido aceptes mis disculpas por ello. Esto me corrobora que debo ser más cauteloso con mis palabras y mis relaciones para el futuro, por lo que tomo buena nota. Adiós.
Iñaki
¡Demasiado amable fui!, ¿por qué tuve que pedirle disculpas?, ¿por qué? Ella era la mentirosa. ¿Decir yo que la iba a amar toda la vida?, ¡estaba loca!, completamente loca, como mi ex, ¡como todas! La mínima manifestación de cariño, la mínima cosa amable que le digas a una mujer y, ¡ya está!, creen que es para toda la vida.
Poemas y más poemas, y cintas, ¡estas cintas que voy a tirar!, ¡todas!, la de Gloria Estefan que tanto te gustaba con esa estúpida canción de ojos claros de luna. ¡Quiero tirarlo todo!, ¡todo!, ¡pisotearlo todo!, pisoteada, ¡y a ti por el daño que me estás haciendo! ¡Basta!, ¡basta!, ¡calla!, ¡vete de mí!, ¡Vete con tu risa, y tus poemas, y tus caricias y tus recuerdos, y tus besos que me repugnan, me repugnan, y tu odioso mirar de niña tierna, y tu estúpida manía de quererme y tu insoportable olor! ¡Vete!, ¡vete!, vete de mí, por favor, vete de mí...! Dios, ¡Dios!, ¿qué estoy haciendo?, ¿pero qué estoy diciendo?
Esta cama, en esta cama aún huele a ti. Cuántas veces en esta cama te dije que te quería. ¡Cuántas veces acaricié tus labios con los míos! Y tus ojos me envolvieron con ternura; cuántas veces bajo las sábanas estalló nuestro llanto de amor, de vida, ¡tan llena de vida! No podíamos contener el llanto, no podía contenerme, llorábamos de felicidad mientras te decía ¿dónde has estado metida estos años? ¿Dónde has estado metida estos años?, ¿dónde estás metida ahora? ¿Dónde están tus brazos que tanto me abrigaban?, ¡que tanto me mecían cuando los problemas, mis hijos!, cuando mis hijos... cuando no me los daban. Tus brazos, tus manos en mi cara y yo entre tus brazos, oliendo tus brazos, tan tiernos, tan cálidos, tu olor a flores y rocío, ¿dónde están tus brazos? ¿Dónde tu pecho que sostenía mi cabeza dolorida?, y mi sueño, y mi ansiedad, y mis penas; ¿dónde están tus ojos llenos de amor sólo para mí? ¿Y tus labios que besaron cada rincón de mi cuerpo ajado y maldito?, ajado y maldito, como tu alma violín, como tu alma violeta, como las margaritas ajadas..., como tu cuerpo hecho ceniza..., ceniza, tus brazos ceniza, tus mejillas ceniza, tu voz ceniza, ¿dónde está tu esperanza en mí, tu fe en mí, tu pasión por mí, tu locura por mí? ¿Dónde están tus palabras de consuelo, tus consejos de amiga, tu lógica indiscutible, tus ánimos infinitos, tu infinita paciencia conmigo, tu adaptabilidad a mí, tu compenetración conmigo?
¿Dónde estás, Isabel?, ¿por qué no viniste a matarme después de rebajarte al papel de amiga?, ¡después de recibir esta carta repugnante que te envié!; ¿por qué no has venido a estrangularme?, ¿a borrar tanto miedo?, miedo a ti, a tu ternura, a tu dicha, a tu pasión, a tu amor, ¿por qué me alejé de ti?, ¿por qué?, ¿ a qué tenía miedo? ¡No era a que amaras!, ¡era a perderte!, ¡a esto!, ¡a este dolor que me abrasa! Tenía miedo a depender de ti, ¡cada vez dependía más de ti!, por eso me alejaba, no quería necesitarte. ¡Nunca he necesitado a nadie! Te lo dije, no necesito a nadie, ¡ni de niño! ¡Me hice fuerte!, te lo conté, me hice fuerte en aquel colegio, siempre en aquel colegio desde los seis años, solo desde los seis años. Y tú empeñada en que tenía carencias afectivas, y tú empeñada en que ese era mi problema, ¡que no había tenido cariño en toda mi vida!, que por eso rechazaba las atenciones de mi madre; y que por eso me alejaba de ti. Te empeñaste en creer que, sin darme cuenta, yo mismo alejaba de mi lado a los niños porque no los tocaba, porque no los abrazaba cuando pasaban de los seis años..., ¿a los seis años, son grandes? decías. A los niños hay que amarlos y acariciarlos y abrazarlos siempre, siempre. Empeñada en que un hijo nunca se hace mayor para la ternura de una madre o de un padre, siempre necesitan de ti; a los seis años, decías, un niño necesita más que nunca tus abrazos. Pero estás equivocada a un niño se le atonta si se le mima demasiado, si se le dan demasiadas caricias, tienen que aprender a ser fuertes, ¡yo me hice fuerte solo!, es la mejor forma, sin depender de nadie. Luché contra los obstáculos yo solo. Lo peor para un niño es tener siempre alguien que le proteja, que le abrace cuando llora, que le bese y le diga palabras tiernas cuando tiene problemas. ¡Mis hijos, Isabel, se alejan de mí porque su madre quiere apartarlos de mí! Es su venganza. La abandoné y me llevé a Julio. Mi hijo Julio, el mayor, al que ella nunca quiso. Ahora ansía quitármelo. Le cogió manía, ¿sabes?, y mi hijo estuvo al borde del suicidio varias veces. Yo lo salvé. Nos fuimos de casa. Pero desde entonces me odia tanto que me ha declarado la guerra y ya sabes lo que está consiguiendo, cualquier día me meterán en la cárcel por no respetar sus visitas, o me quitarán la custodia de Julio, o me privarán de ver a los tres pequeños, ¿sabes cuántos meses llevo sin verles? La última vez que los tuve, Francisco, que es el vivo reflejo de su madre, me hizo una encerrona: se tiró al suelo y empezó a gritar; los dos pequeños corrieron hacia la habitación donde estábamos y chillaron de horror pensando que yo le pegaba; llamaron a su madre, vino a recogerlos y ¿sabes lo que hicieron mis propios hijos con su madre? Me denunciaron en comisaría por malos tratos. ¡Yo, malos tratos a mis hijos! Y nadie toma en cuenta a Julio, él no desea ir con su madre, pero ella convence a todos de que yo influyo a mi hijo en su contra. Y ni siquiera puedo tenerle cerca, debe estar en ese colegio a cuatrocientos kilómetros, alejado de aquí para que su madre no le atosigue, para que no le haga sentir culpable. Ella, el niño te lo ha dicho en más de una ocasión, le culpa de todo, le hace sentir culpable de nuestro fracaso. Y ni siquiera puedo tenerle aquí conmigo porque me da miedo que se quede solo en casa mientras trabajo y cometa una locura.
Copyright © | Edith Checa, 1995 |
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Por la misma autora | |
Fecha de publicación | Octubre 1998 |
Colección | Narrativas globales |
Permalink | https://badosa.com/n052-i06 |
Me llama sobre todo la atención, en una rápida, fragmentaria y desordenada (?) lectura, la nitidez del texto. La capacidad de los fragmentos para insinuar partes decisivas de la historia. Lo cuidado de la edición (para lo que se estila por estos pagos, un lujo). Y lo cercano de la experiencia que se narra.
Seguiría leyendo, pero son las 6:18 de la mañana; la lentilla de mi ojo izquierdo es como un pulpo mucilaginoso, y además, mañana (¿hoy?) tengo tareas... Pero prometo volver, para quedarme hasta el final. De momento, te (me) doy la enhorabuena: ha sido un placer descubrirte.
Hacía algún tiempo que no sentía la cercanía de una historia, y Edith me la ha hecho sentir, no sólo eso, sino la maravillosa sensación de que, afortunadamente, siguen existiendo pinceladas de innovación en este intrincado mundo de la literatura; un nuevo soporte no llega a ser innovador sin una historia que subyugue, y ésta lo consigue...
He leído esta novela dos veces, me impresionó muchísimo, hasta que he decidido traducirla. Soy rusa, vivo en San Petersburgo y estudio el español. La traducción casi la he terminado, lo único que quiero es que mi familia y mis amigos puedan leer esta novela también, porque de verdad que merece la pena hacerlo.
No había leído una novela de este tipo y me impresionó. Las tres historias se pueden leer perfectamente aparte pero creo que el orden sí se debe llevar y me parece que sería bueno que se aclarara eso al lector.
Me gustó mucho la manera de mostrar los sentimientos de cada uno aunque considero que se debió definir un poco mejor a cada personaje porque al final parece que hablan igual.
Es una excelente novela y me ayudó a pasar un día en mi trabajo mucho más constructivamente que otros tantos.
Estoy estudiando los hipertextos en profundidad para mi doctorado. Es una historia que empieza por el final, por la muerte de la protagonista y narra los sentimientos que produce esta muerte en tres hombres importantes en su vida. Bien, es un comienzo, cuesta mucho leer un hipertexto entero. Otro día más, dejo aquí lo que en un libro impreso sería mi separador.
Me gusta el formato y tamaño de letra que ha elegido la autora, es cansado para mis ojos anclados en la era Gutemberg leer en la pantalla del ordenador y este hipertexto es cómodo, también me gusta su narración poética y la traslación de meterse en el pensamiento de tres hombres importantes en la vida de una mujer. ¡Felicidades, a por otro hipertexto!
Psché, yo y mis amigos con unas copas de más en el sábado noche se nos ocurren historias mucho más originales de ésta, que tiene cualquier mérito menos la originalidad.
Realmente estuvieron buenas estas palabras. Qué ganas de haberle dicho esas palabras en el momento adecuado. Pero al fin las he encontrado y me he emocionado hasta las lágrimas. Creo que tomaré prestadas algunas frases que no supe decir en aquellos momentos. Seguiré leyendo.
Sencillamente extraordinaria. Me fascina la técnica de lectura no lineal, creo que a esto lo llaman hipertexto. Felicitaciones por todo.
En la última parte, la de Javier, he llorado como no lo hacía desde hace mucho tiempo. Tal vez porque me ha ido preparando emocionalmente con esos versos tristes durante todo el relato, desde Paco, pasando por Iñaki, hasta Javier... como si fuera el trayecto de una vida hacia la "felicidad". Muy buen relato.
Me gusta la forma con la cual el autor expresa cada idea, cada sentimento y cada sensación haciendo que el texto adquiera algo distinto a los demás y la forma en la cual se mezclan las ideas formando algo distinto.
Me gustó mucho ya que este tipo de lecturas son muy interesantes ya que no nada más vez la versión de un personaje si no muchos personajes mas. también es muy bueno ya que, puedes ver cualquier capitulo o fragmento y sigue teniendo el mismo sentido por que hablan de una idea central, que en este caso es la muerte de una persona, sea donde sea el capitulo que leas si le vas a entender, mientras que en los libros no puedes hacer eso. EXCELENTE!!!! ME ENCANTÓ EN VERDAD!!!!
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