Hubo otras fiestas con los jamaicanos a la luz de una hoguera. Y otras peleas con los gangsters, y otras escaramuzas con los cabezas rapadas del National Front, y otras ocasiones para ponerme celosa de Tiger Lily, y muchas aventuras pintorescas, como aquella vez que Slightly le robó el bolso a una turista francesa y, cuando lo abrió a salvo en el refugio, de él salió bufando y echando zarpazos un gato vivo, con el pelo del lomo erizado como las cerdas de un cepillo.
Y también hubo otros encuentros con la abuelita Margaret. De vez en cuando venía a sentarse en aquel banco donde hablamos por primera vez, con una bolsa de papel marrón llena de pastas y sándwiches, y un termo lleno de té caliente. Yo a veces me reunía con ella y comía sus sándwiches y sus pastas, y a veces no. A veces iba a verla sola, y otras me acompañaba Curly, o Slightly, o los gemelos, o Nibs, o todos, o unos pocos. Bueno, todos no. Porque Peter no iba nunca. Eso siempre decepcionaba a Margaret, pero igualmente nos daba el té, las pastas y los sándwiches, como si nosotros fuéramos palomas a las que echar miguitas, pitas, pitas, pitas. Y mientras los comíamos ella nos hablaba con su voz más empalagosa, intentando convencernos para que abandonáramos nuestra residencia en el parque y la vida de camello vagabundo. Ella misma se ofrecía a encontrarnos alojamiento en casa de algún adulto responsable y afectuoso.
—¿Y tendríamos que ir al colegio? —le respondíamos.
—Claro.
—¿Para aprender un oficio y ser adultos responsables el día de mañana?
—Básicamente ésa es la idea, sí.
—No existe el mañana: vosotros, los adultos, lo matasteis. Y no queremos ser adultos, responsables o no. Un adulto es alguien que ha matado a un niño. A uno por lo menos.
—Bonita frase. Retorcida, pero bonita. ¿A quién se la has oído?
—A Peter.
—Claro, tenía que ser. Es su estilo. Pero, ¿y tú, Gwen? ¿Qué crees tú?
—Lo mismo.
Las conversaciones con Margaret siempre se desarrollaban así. Al final, con los sándwiches comidos y el té bebido, para contentarla le decíamos que nos lo pensaríamos, por supuesto sin ninguna intención de hacerlo. De todas formas, ella siempre se conformaba con eso. Y siempre volvía, con más sándwiches y más té caliente. Pero, ¿por qué íbamos a dejar nuestra vida en los Gardens? Allí éramos felices, más o menos. Y nos parecía que aquello iba a durar para siempre. Pero nada dura para siempre.
Y porque nada dura para siempre, el punk empezó a degenerar de movimiento contestatario a moda juvenil domesticada: los maniquíes de plexiglás de los escaparates de Harrod’s empezaban a lucir peinados en cresta, leotardos estampados en piel de leopardo y cazadoras con cadenas, artículos que se vendían a unos precios muy lejos del alcance de los punks originales. Una multinacional discográfica contrató a los Sex Pistols, y poco después les pagó 30.000 libras en concepto de indemnización por rescindirles el contrato. La siguiente multinacional que les contrató les pagó 70.000 libras por lo mismo. Por fin, tras mucho echarse los trastos a la cabeza, los Sex Pistols se separaron. Los Clash, en cambio, todavía atravesaban una buena época, tras su gira triunfal por Estados Unidos. Pero apenas les quedaban tres buenos discos para hacer antes de separarse, ellos también. El Bromley Contingent se fue disgregando, a medida que sus componentes se marchaban para formar sus propios grupos, como Siouxie & The Banshees o Generation X. El fenómeno Punk era el tema de moda en las páginas de todos los periódicos, en las pantallas de todas las cadenas de televisión, en los programas de todas las emisorias de radio. Los medios de comunicación del mundo se llenaron de fotos de la juventud punk londinense, y centenares de turistas venían a hacerles más fotos aún; los jóvenes punks nos habíamos convertido en una atracción turística más de la ciudad, como los guardias del Palacio de Buckingham. El National Front cobraba fuerza. Sus razzias en los pasillos del metro empezaban a ser frecuentes. Los cráneos de muchos londinenses de piel oscura habían probado ya la dureza de las barras de hierro de los skinheads. Los tiempos iban cambiando. El tiempo avanzaba, tictac, tictac, tictac, tictac. El cocodrilo avanzaba, tictac tictac tictac tictac. Comiéndose inexorable los minutos. Tictac, tictac, tictac, tictac, tictac. Aunque, claro, nosotros éramos aún muy niños para darnos cuenta de eso. Pero James el oscuro sí se daba cuenta. Hasta entonces, para mí James sólo era una sombra siniestra apenas entrevista, junto a una limusina negra o entre las sombras del parque. Pero pronto se iba a materializar ante mí, en carne, hueso y acero. El acero de su garra derecha. Y el cocodrilo reptaba tras él. Tictac, tictac, tictac, tictac.
Fue un sábado por la tarde, al anochecer, en Carnaby Street, cerca de la confluencia con Bleak. O sea, en pleno Soho. Manadas enteras de punks de fin de semana —ésos que de lunes a viernes lucían un aspecto formal y aséptico tras los mostradores y las mesas de despacho, hasta que la noche del viernes se colocaban los pinchos, los imperdibles y el maquillaje, y se iban a bailar pogo hasta el domingo— entraban y salían de los locales. Yo llevaba a Paddy lleno de píldoras rojas, blancas y azules con las que amenizarles la fiesta. Pero no prestaba mucha atención a mi alrededor. Sólo podía pensar en que Peter hacía ya varios días que no aparecía por el parque. A veces lo hacía, desaparecer un tiempo y volver como si nada, sin dar explicaciones. A veces se iba al barrio de los jamaicanos a comprar más material, y a encontrarse con aquella vaca negra y presumida de Tiger Lily, seguro. Estúpido mocoso engreído. No, no prestaba mucha atención a mi alrededor, y eso fue un error fatal, porque no reparé en Rob Mullins hasta que oí su voz áspera como un trago de ron en ayunas decir «¿Quitándome los clientes, niña?» y entonces me di cuenta de que lo tenía a dos centímetros de mi nariz, tan elegante como siempre, con su abrigo de cuero negro y sus botas mexicanas, con la serpiente tatuada en su muñeca izquierda y el diamante brillando en mitad de su siniestra sonrisa. Con una navaja de afeitar muy parecida a la mía arrancándole destellos a la luz de las farolas desde su mano derecha.
Me giré veloz como un relámpago, lista para echar a correr... y me hundí en la barriga de Smee, el lugarteniente de James el Oscuro. Smee me sonrió, y su sonrisa parecía muy dulce, ahí en mitad de su mofletuda cara de Papá Nöel mal afeitado. Pero en la mano empuñaba un picahielo afilado y brillante. Me preguntó si iba a alguna parte, sin dejar de sonreír. Inmediatamente se puso serio para recomendarme que me estuviera quieta y no hiciera tonterías. Pensé que lo mejor, de momento, era seguir su consejo, así que me dejé meter en la furgoneta negra que esperaba aparcada un poco más adelante. Alf Mason la conducía. Mullins se sentó a mi lado, en la parte de atrás, sonriéndome con su diamante mientras jugueteaba con la navaja. Yo recordé todas las historias escuchadas a los indigentes en los callejones y alrededor de las fogatas encendidas en el interior de bidones agujereados. Pensé en la navaja de Mullins abriéndome el vientre de arriba abajo como si yo fuera un pavo al que hay que rellenar para la cena de Navidad. Me imaginé las manos ensangrentadas de Mullins, enfundadas en guantes de goma, entrar y salir por la hendidura sacando de mi interior el corazón, los pulmones, los riñones, el hígado...
La furgoneta partió. Dentro, alguien me vendó los ojos.
Copyright © | Xavier B. Fernández, 1994 |
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Por el mismo autor | |
Fecha de publicación | Agosto 2000 |
Colección | Narrativas globales |
Permalink | https://badosa.com/n091-06 |
El libro de Xavier B. Fernández, Kensington Gardens, me ha parecido francamente bueno. Creo que refleja muy bien el underground londinense de aquella época. Su estilo es directo, claro, coloquial, al tiempo que muy cuidado. Yo viví en Londres en aquella época durante algún tiempo, y he visto magistralmente retratado ese ambiente de cierta marginalidad que narra la novela. ¡¡Enhorabuena, Xavier!!
He disfrutado mucho de la calidad literaria y el uso de la mitología “Neverland” del autor... ¡¡y todo ello gratis!! Ha sido un lujo, recibe mis felicitaciones.
Es la primera vez que leo un ebook y lo hice por recomendación de la revista La mosca que se vende aquí en México, y mira justo en esta etapa en la que empiezo a cambiar mis actividades estáticas por algo que de verdad me guste hacer pues me encuentro con la recomendación de este ebook que así sin pretender una supercrítica sino un comentario simple y que me nace debo decirte que me has dado una mañana diferente a las que he tenido durante este último año, tuve un momento de imaginación y me entretuve fascinada viendo a los personajes de Kensington Gardens y al final entendí que Peter tenía que buscar a Gwen pues alguien tiene que quedar en lugar de Margaret si no después quién cuidará de los niños, si no después ya no habrá niños, pues Peter me encontraste y no dejaré de buscar a mi niño que se guardó hace algún tiempo y hoy lo encontré,
Este libro me encantó, está absolutamente genial, aunque el final es algo melancólico. Más si uno está en el movimiento. Pero me gustó mucho y lo he recomendado por todos lados. De hecho acabo de hacer una reseña.
Yo sólo soy una aficionada a la lectura de tan sólo 17 años, y he leído la primera versión, la de J.M. Barrie, y me ha parecido comparándola con la versión original, bastante realista. Me ha gustado bastante y me ha tenido super engachada (aunque un poco borde). Me ha gustado la manera de describir la época punk mezclándola con cosas de la otra versión, me ha parecido una manera muy original. Pero lo malo en mi opinión es que creo que sería mejor dejar de ser versiones de esa obra tan maravillosa que nos dejó J.M. Barrie porque PETER PAN pasará a la historia como aquel niño tonto y engreído que no tenía madre, y es mejor dejar la historia como la dejó aquel maravilloso autor J.M. Barrie.
¡Simplemente mágico! Gracias por darnos la oportunidad de disfrutar de esta maravilosa historia.
Hace un año aproximadamente leí la versión novelada de James M. Barrie (Peter Pan), mucho antes que esto tuve la dicha de ver Finding Neverland y toda esa magia en imágenes y música me capturaron. Como muy pocos sabemos la versión original nace de una obra teatral. Este año he leído muchos cuentos y obras clásicas adaptadas de acuerdo con el contexto que vivimos o estamos viviendo, Kensington Gardens no es la excepción. Xavier B. Fernández retoma la historia del niño que se niega a crecer e integrarse a un mundo tan nefasto, tan agobiante, tan claustrofóbico, más temible que esos monstruos de los cuentos y leyendas que nos narran nuestros padres o que los maestros nos recomiendan leer. Cuando leí la obra de Barrie odié a Peter Pan: el "niño" es un ser ególatra y chauvinista, realmente el motivo por el cual se lleva a Wendy es para que ella sea la madre que lo(s) cuide, le(s) dé medicina, le(s) cuente historias, lo(s) arrope, etc... y lo logra bajándole la luna, las estrellas, las hadas y las sirenas a una ilusa Wendy. El personaje de la obra de Xavier B. Fernández no queda exento de esto, la única diferencia es que los cuidados maternos son sutituidos por la venta de narcóticos, los niños perdidos lo ven tan común y corriente como quien vende un chicle o un hot dog.
Hay en toda la novela algo que me llamó curiosamente la atención y que me permito citar: "... el punk empezó a degenerar de movimiento contestatario a moda juvenil domesticada" (pág. 54) Como todos sabemos, aquí en México hace unos meses hubo manifestaciones que derivaron en violencia contra un grupo de chicos autodenominados EMOS. Estos últimos personajes se han convertido en blanco de la mercadotécnia. De hecho muchos movimientos juveniles terminan de esa forma como ocurre y se señala en la obra. La novela es excelente, realmente uno puede dejar de envejecer si hace todo lo posible por mantener vivo al niño interno, aferrarse a un punto de la vida es tan absurdo como querer que el sol nunca se esconda o que todos los días sean quincena. Hay mucho más que destacar de la novela, como la postura que adopta la ex primer ministro Margaret Thatcher, postura que incluso un país como México aplica o cualquiera que crea que ignorando o manteniendo con limosnas a los más pobres vamos a acabar con la pobreza: es absurdo; las referencias histórico-filosóficas con relación al tiempo y su inminente paso, la cita del cuadro de Goya, sin duda la más terrible de todas, la imagen grotesca del hombre-viejo devorando al hijo-joven o en todo caso, el tiempo devorando a los ilusos y efímeros humanos. Realmente como pueden darse cuenta, la novela me ENCANTÓ.
Acabo de descubrir la página y me da un gusto enorme seguir esta lista de opiniones después de uno de los mejores profesores que pueda conocer; sin duda alguna es admirable. Ahora que termino la prepa puedo decirlo. Es increíble que hace sólo unas semanas él en las aulas de la escuela compartía emosionado conmigo todos estos comentarios, los gustos y disgustos que encontró tanto en la novela de James M. Barrie como en la de Xavier B. Fernández, y ahora todo esto lo encuentro aquí.
Y es que este gran maestro fue quien me recomendó esta fantástica novela, la cual puedo decir que ahora forma parte de mis libros favoritos. Peter es y será por siempre el personaje ideal para mí, y el hecho de encontrarlo en un ambiente totalmente diferente y al mismo tiempo semejante a Nunca Jamás es estupendo. Con esta novela pude sentir a Peter cerca, por absurdo que pueda parecer. Entre peleas y movimientos punk pude acercarlo a lo que es mi realidad, la realidad de los jóvenes de ahora; y también logré entender algo a lo que quiza nunca presté atención: al cocodrilo que persigue a su presa... el tiempo que nos devora en realidad. En conclusión, ha sido la mejor aventura que he podido vivir entre las páginas de un libro; y claro, mejor aún si voy acompañada de Peter, Wendy y los niños perdidos.
Me pareció excelente este libro. Puedo decir que hasta cambió mi manera de pensar, y es que como no me había puesto a pensar cómo cambia todo: el tiempo, la vida, el amor. Sospechar que hoy tu vida puede ser cualquier cosa, o más bien verte al espejo, observarte fuerte, con un brillo en los ojos, el pelo negro (o de cualquier color, no importa), y mañana descubrirte viejo y cansado. A mis escasos 15 años lo he visto y no sólo eso, también a aquel cocodrilo acechador en busca de la vida, de mi vida. Es impresionante la cantidad de pensamientos que ahora tengo. En fin es muy recomendable este libro. Bye.
Me parece un excelente libro. En verdad que me encantó la obra: es toda muy buena y habla del punk y de mi banda favorita The Clash pero, aparte de eso, sinceramente, es mi libro favorito.
En realidad para mí es el mejor libro que he leído... Me pareció muy importante la forma en la que se desarrolla la historia... Es increíble cómo pasa el tiempo (TICK TACK LO RECUERDO) y cómo podemos vernos hoy sin compromisos "libres" y con todas las fantasías que podemos imaginar en nuestra cabeza. Gracias al escritor Xavier B. Fernández por esta edición tan expectacular... Saludos...
Me ha parecido una buena adaptación, quizá un poco forzada para hacer coincidir algunos detalles pero honesta al fin. Ha desarrollado en mí un nuevo temor por los cocodrilos/relojes, je je. Gracias.
Bravo, no tengo palabras para expresarlo. Me ha encantado y me habría gustado k hubiera sido más largo y que hubiera habido más aventuras pero, como dice Gwen, lo bueno siempre se acaba...
Y parecerá que es una opinión que sólo habla bien de su historia pero es que tengo 14 años y Peter Pan es mi personaje favorito de dibujos animados y de libro por supuesto. Me ha encantado, hasta he llorado, en el último capítulo: la melancolía de no volver a ver más a Peter, de no disfrutar más de la vida de que se termina, eso sólo dura eternamente para un niño...
Yo lo leí como parte de un trabajo escolar y me encantó. Lo leí tantas veces como pude y se lo recomendé a una amiga (Ilse) a la cual también le encantó. Es un libro que en mi opinión te pone a imaginar incluso. Gracias a este libro he escuchado a Sex Pistols que es uno de los grupos mencionados en el libro, y al oso de peluche que me regaló Ilse le pusimos "Paddy".
pues este libro esta es demasiao interesante tiene mucha tematica, yo lo lei porque tenia en la escuela que leer un libro y si mne dijeran que cual a sido mi libro favorito o con cual m fanatizo mas seria este porque en algunas partes me identifico con la lectura de wendy y en otras con la de peter punk es reconmendable este libro bueno en mi parte esta demasiado interesante
en realidad es la mejor novela que he leido en la forma en que se narra las imagenes todo es increible todo lo que te imaginas en verdad increible esta padricima
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